La reactivación de la economía y del empleo mundiales solo puede ser verde. Iberdrola lo tiene claro y desde los primeros momentos de la pandemia, además de poner su balance al servicio de la sociedad, pisó el acelerador de las inversiones para hacer posible una recuperación sostenible. Así ha logrado registrar 6.000 incorporaciones a su plantilla en los últimos 12 meses, y su actividad está permitiendo generar 100.000 empleos en su cadena de valor globalmente.
Además de lanzar un histórico plan de inversiones de 75.000 millones de euros hasta 2025, la compañía ha consolidado su posición en sus países core -más del 80% de su Ebitda procede de países con rating A- y ha ampliado su presencia internacional con una docena de operaciones corporativas. Así, se sitúa en una posición privilegiada para aprovechar las oportunidades que ofrecen países con un gran potencial de crecimiento renovable. Estas operaciones incluyen el refuerzo en los mercados clave y ya tradicionales para Iberdrola, como Estados Unidos o Brasil, así como la incursión en nuevos destinos a los que exportar su conocimiento renovable como líder mundial en este negocio.
Estados Unidos y Brasil son los dos grandes polos de crecimiento de Iberdrola al otro lado del Atlántico, si bien ya parte de una posición privilegiada: a través de su filial norteamericana AVANGRID es ya el tercer operador renovable de Estados Unidos y, en Brasil, a través de Neoenergia, es también una de las principales eléctricas del país, con una importante presencia en redes, renovables y clientes.

En Estados Unidos Iberdrola protagonizó una de las grandes operaciones del último año: la adquisición de PNM Resources, la eléctrica de Nuevo México y Texas. La operación, con un valor empresarial de 8.300 millones de dólares, avanza viento en popa, tras la reciente obtención de la autorización por parte de Federal Energy Regulatory Commission (FERC). Iberdrola prevé culminar a final de 2021 este proceso de fusión, que dará como resultado una gran compañía con alrededor de 11.000 MW de potencia instalada, más de 4,1 millones de puntos de suministro, más de 168.000 kilómetros de redes y una base de activos regulados superior a los 14.000 millones de dólares.
Además de la adquisición de PNM Resources, otro gran hito de la historia de Iberdrola en Estados Unidos ha tenido lugar recientemente: la compañía ha obtenido el visto bueno de la nueva Administración Biden para poner en marcha el que será el primer gran parque eólico marino del país, Vineyard Wind 1. Con 800 MW de potencia frente a las costas de Massachusetts, este parque proporcionará electricidad limpia para abastecer a una población equivalente de más de 400.000 hogares y negocios, creará el equivalente a 3.600 empleos a tiempo completo al año, reducirá las tarifas de electricidad en 1.400 millones de dólares durante los primeros 20 años de operación y permitirá reducir las emisiones de carbono en más de 1,6 millones de toneladas al año.
Además, Iberdrola también cuenta en Estados Unidos con uno de sus grandes proyectos de redes, infraestructuras clave para hacer posible la transición hacia una economía sin carbono. Se trata de NECEC, una gran línea de interconexión que permitirá llevar energía limpia desde Canadá hasta Estados Unidos.
Iberdrola también ha reforzado posiciones en Brasil. A través de su filial Neoenergia, la compañía ha adquirido la distribuidora de la capital, Brasilia, hoy Neoenergia Distribução Brasilia, e incorporado así más de 1 millón de nuevos clientes. Esta nueva operación representa un paso más en la estrategia del plan de expansión de Neoenergia en el sector eléctrico brasileño y responde al enfoque de inversión de Iberdrola, centrado en negocios regulados y energías renovables, con un gran potencial de crecimiento en países que ofrecen estabilidad jurídica y regulatoria.
Crecimiento verde
Iberdrola anunciaba a finales de 2020 su salto al mercado japonés, con la compra de la promotora local Acacia Renewables, con una cartera de proyectos en eólica marina de 3,3 GW de potencia. Recientemente, ha dado su segundo paso en firme en el país, con un nuevo proyecto de 600 MW que contempla la puesta en marcha del parque eólico marino de Seihoku-oki, que competirá en las subastas de nueva potencia en el mar previstas por el Gobierno nipón. Junto con Japón, Iberdrola también ha ampliado sus horizontes hasta las antípodas. El pasado año el grupo culminó, de forma amistosa y en tiempo récord, la adquisición de la empresa australiana de energías renovables Infigen Energy. Así, la compañía se convierte en uno de los operadores líderes del mercado australiano, con cerca de 700 MW limpios ya instalados.
Ya en Europa, Iberdrola también ha continuado reforzándose en los últimos meses, con el foco puesto en las oportunidades de la eólica marina. Con tres parques ya operativos en el mar -West of Duddon Sands, en el mar de Irlanda; Wikinger, en el Báltico; e East Anglia ONE, en el mar del Norte- la compañía se ha reforzado en países como Irlanda, Francia y Polonia.

Así, Iberdrola ha tomado una participación mayoritaria en tres proyectos marinos de DP Energy en las costas irlandesas, que suman 3.000 MW y con los que optará a la próxima subasta offshore que se celebrará entre 2025 y 2030.
En Francia, la energética también ha ampliado su presencia renovable. Tras la adquisición de la compañía Aalto Power y del 100% del parque eólico marino Saint-Brieuc, Iberdrola se ha precalificado para la próxima subasta de capacidad eólica marina en el país, que licitará el parque Normandía, uno de los mayores complejos offshore del mundo.
En la misma línea avanza en Polonia, otro de los países con gran potencial de desarrollo renovable en los próximos años. Allí la empresa ha adquirido recientemente tres parques eólicos -esta vez terrestres- y ha impulsado la puesta en marcha del Sea Baltic Hub, un polo renovable en el Báltico que actuará como epicentro de servicios para las renovables terrestres y marinas del grupo.
La eólica marina, gran vector de crecimiento
La energía eólica marina se ha confirmado como uno de los vectores de crecimiento de Iberdrola: en la actualidad cuenta con 1.300 MW instalados -Wikinger, East Anglia ONE y West of Duddon Sands- que triplicará con la capacidad que tiene en construcción en estos momentos, que asciende a 2.600 MW. La cartera de Iberdrola en esta tecnología suma 20.000 MW, de los que 9.000 MW están listos para su construcción y 10.000 MW previstos para su desarrollo en mercados como Estados Unidos, Suecia, Polonia, Irlanda y Japón.

Precisamente en EEUU, donde la compañía acaba de recibir luz verde de la Administración Biden para poner en marcha el primer eólico marino a escala comercial del país, avanza en Park City Wind, que se ubicará también en aguas de Massachusetts y, con una capacidad de 804 MW, suministrará energía limpia al estado de Connecticut. Además, desarrolla también el parque Kitty Hawk, en Virginia, que podrá alcanzar hasta 2.500 MW de capacidad, suficiente para abastecer a 700.000 hogares. Esta posición de excepción en el sector permitirá a Iberdrola contar con 12.000 MW instalados en el mar para 2030. En 2020, los parques eólicos marinos ya en operación contribuyeron al ebitda de Iberdrola con 585 millones de euros, tras crecer un 72%; aportación que ascenderá hasta los 2.300 millones en 2030.