
Una generación de empresarios y trabajadores empieza hacerse hueco en el mundo laboral, y entre otras novedades, han modernizado la forma de ver la oficina. La influencia de estas startups, jóvenes emprendedores o compañías tecnológicas han llegado a cambiar incluso la figura del despacho de dirección.
Las sillas altas, los espacios distintivos y cerrados... van dejando paso a áreas diáfanas e integradas. Desde el estudio Hermarta analizan las nuevas tendencias en el despacho de dirección.
1. Zonas comunes y espacios abiertos
El despacho de dirección ha sido durante años el espacio más respetable de la oficina, con buena ubicación, vistas, buenos materiales... Pero los tiempos están cambiando, haciendo que las zonas más valoradas correspondan a las comunes y abiertas. La ubicación del despacho de dirección ha pasado a estar en segundo plano, priorizando al trabajador y sobre todo el trabajo en equipo. Aún así, los directivos siguen necesitando espacios en los que atender visitas, hablar por teléfono o reunirse.
2. Mantener los estándares tradicionales
Algunas empresas, por su perfil de negocio (abogados, consultores...), mantienen los estándares más tradicionales de estos despachos, aunque en muchos casos han adaptado la arquitectura interior en los nuevos espacios de trabajo.
3. Ni wengué ni nogal
El uso de materiales nobles -como la madera natural y el cristal- en las particiones divisorias y en el mobiliario siguen siendo prioritarios. Pero las tonalidades han variado, con un mayor protagonismo para los tonos más claros, para dar mayor luminosidad a las estancias. La madera den wengué y nogal han dejado paso a la gama de los blancos, diferentes tonalidades de grises, madera de iroko, de cerezo...
4. Espacios polivalentes
Los nuevos espacios de trabajo son más polivalentes y dinámicos, permitiendo redefinir las oficinas actuales imponiéndose sobre los despachos y salas de reuniones en las zonas privilegiadas. Aunque el despacho de dirección aún mantiene su notioriedad.