
Tener una buena idea de negocio es la parte fundamental para iniciar la carrera hacia el éxito. Sin embargo, únicamente un plan de proyecto no es suficiente, una de las partes básicas para llegar a la meta es darse a conocer. Para ello, muchas empresas, asociaciones e instituciones abren el plazo para que los emprendedores se presenten a sus concursos y premios. Así, podemos encontrar convocatorias que incluyen categorías a la mejor idea, al proyecto más innovador, al emprendedor del año y a la compañía más novedosa, entre otras. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Pymes, Autónomos y Emprendedores
En palabras de la directora de la Cátedra de Emprendimiento (OptionE) de ESCP Europe, Caroline Ladousse, un concurso empresarial impulsa a un jóven empresario, primero, en términos de visibilidad en prensa, televisión y redes sociales.
En segundo lugar, permite a la startup inscribirse en una red de contactos influyentes que pueden ayudarle. En muchas ocasiones, también se le apoya mediante un programa de aceleración, mentoring o asesoramiento que apoya al crecimiento del negocio.
Y, por último, Ladousse añade que, mediante estos concursos, quien busca lanzar un proyecto es impulsado en términos financieros, debido a que, en general, ofrecen una dotación económica. Aparte de los beneficios anteriores, "ganar un premio que tenga relación con la actividad de la iniciativa sirve para comparar una propuesta con otras que se presenten y ver realmente cómo se está posicionado", tal y como confirma el director general de Impulsando Pymes -grupo de empresas privadas y públicas cuyo objetivo es potenciar el crecimiento de las pymes españolas-, Francisco Méndez.
Beneficio financiero
Por otro lado, para Ladousse, el beneficio financiero es lo menos significativo de todos estos concursos. Y es que quien dijo aquello de "lo importante es participar" estaba en lo cierto. Estar presente y aprovechar cada una de las herramientas que los organizadores de los concursos ponen a disposición de los emprendedores es fundamental: "La participación ayuda, especialmente porque obliga al emprendedor a producir y sacar adelante datos e informes necesarios para una fecha determinada", afirma Ladousse, quien añade que "infunde una presión productiva que muchas veces contribuye a acelerar el proyecto".
Así, el director general de NUbINGS -una startup gallega que ofrece sugerencias de ahorro personalizadas-, José Rodríguez González, tras haber recibido el segundo premio del Concurso de Emprendedores 2015 de la Escuela de Negocios de la Innovación y los Emprendedores (IEBS), cuenta que "el feedback de todos los participantes aporta mucha confianza y visibilidad, que es la parte más complicada de adquirir". Además, el director general y fundador de StudentBackr -plataforma de economía participativa para estudiantes y ganadora en 2015 del Premio Fintech organizado por el banco de inversión francés, BPI-, Yamin Chalabi, se suma a esta idea y afirma que "los ingresos provenientes de concursos representan sólo un 23% de la financiación, pero son importantes los beneficios en términos de imagen de marca y reputación, que tienen mucho más peso que las ventajas monetarias".
Por otra parte, Rodríguez cuenta que este tipo de premios "permite la convocatoria de reuniones con grandes empresas que de otra forma sería imposible conseguir". Asimismo, Ángel Sánchez, socio director de Everis, cuenta que "la parte económica es muy importante, ya que sin ella no se pagan las facturas, pero lo es más la proyección que se puede lograr con estos premios, que deben ser utilizados como una palanca para crecer".
En cuanto a los criterios de selección, es importante ajustarse a la temática del concurso. Así, "la excelencia del producto, el componente innovador, las ventajas diferenciales o un buen plan de negocio y de marketing suelen encontrarse en este tipo de certámenes", cuenta el Jefe de innovación de Ametic, José Tomás Romero, desde donde apoyan el emprendimiento mediante los Premios Innova eVIA, dedicados al sector TIC Salud en España.
La pérdida del sentido del proyecto, aspecto negativo
Pero como todo, los concursos empresariales también tienen aspectos negativos. En este sentido, Ladousse afirma que "el único inconveniente es que, a la hora de hacer escalar un proyecto, participar en demasiados concursos puede hacer que se pierda el foco esencial, que es el producto y el cliente".
De hecho, tal y como cuentan desde la Fundación Everis, "los buenos proyectos normalmente son reconocidos por mucha gente, pero también hay quien acaba cogiéndole el tranquillo a los concursos y van de premio en premio". Sin embargo, de esta manera "puedes convertirte en el mejor proyecto de emprendimiento para el escaparate, cuando quizá hay gente en el almacén que está consiguiendo más resultados".
Por ello, desde Everis piensan que la mejor forma de demostrar que un proyecto es bueno es utilizar el premio como un mecanismo impulsor de crecimiento. Así, si la startup cuenta con un equipo ya constituido, la recomendación de Ladousse es que un miembro del equipo dotado de capacidades de comunicación oral y escrita, análisis, síntesis y de rigor, sea responsable de crear los dosieres de participación a los concursos y sacarlos adelante.