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Un MBA no es sinónimo de éxito, pero ayuda a conseguirlo

  • En el IE, más del 90% de sus alumnos consigue empleo en tres meses
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Cuando se concluye una carrera universitaria, son muchos los titulados que optan por seguir incrementando su aprendizaje por medio de los postgrados o másteres, que ofrecen una formación especializada y les permiten ganar empleabilidad. Sin embargo, los MBA -Máster en Administración y Dirección de Empresas; Business Administration en inglés- no son títulos orientados a la población universitaria. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Gestión y Desarrollo Exterior

De hecho, escuelas de negocios como IE Business School sitúan la experiencia laboral de sus alumnos en torno a los cinco años de media. El acceso no es sencillo y hay una gran competencia, por lo que contar con un perfil cualificado y una extensa trayectoria son condiciones imprescindibles para poder superar los requisitos de admisión.

En el caso del IE, se valora la experiencia profesional, la entrevista personal y la evaluación de las pruebas de ingreso. No obstante, como cada institución estipula su propia normativa, las condiciones varían de unas a otras. "Para la admisión en el Global Executive MBA (GEMBA) del IESE hay que tener un título universitario, prueba de nivel de inglés y un mínimo de 10 años de experiencia laboral, con una importante experiencia en dirección", cuenta Isabel Estalella, directora adjunta del departamento de admisiones.

Pese a que su auge es relativamente reciente, la historia de estos másteres no lo es tanto. Su origen se remonta al comienzo del siglo XX, en Estados Unidos. Algunos expertos señalan a la Tuck School of Business como primer centro en impartir un programa MBA, mientras que otros apuntan a la escuela de negocios de la Universidad de Harvard. A España, sin embargo, llegó de la mano del IESE, en 1964. Nueve años más tarde, el IE comenzó a ofrecerlo, coincidiendo con el inicio de su actividad.

Actualización permanente de los programas

Aunque cursar un MBA es un aspecto diferenciador clave entre dos directivos, como reconoce Estalella, y puede aumentar las opciones de acceder al ámbito de la dirección empresarial, no conviene dejarse llevar por las expectativas creadas en torno a él -en ocasiones, desmedidas- antes de tomar la decisión de cursarlo. Además, se debe tener en cuenta que en ciertas ocasiones son las propias empresas las que proporcionan a sus directivos esta formación. Por todo ello, es necesario analizar el valor que brinda.

"Los másteres de este tipo preparan a los alumnos para un mercado laboral competitivo. Hoy en día, sigue siendo un valor añadido para los directivos, no sólo por las competencias y conocimientos que se imparten, sino también por la experiencia transformadora de vivir con personas de más de 100 países en el campus, por ejemplo", explica Martin Boehm, decano de programas de IE Business School. "No es una garantía de un futuro triunfante, pero mejora las probabilidades de tener éxito en el mercado laboral", añade. Por su parte, Estalella indica que "el MBA aporta experiencia internacional, competencias para mejorar el proceso de toma de decisiones, así como una visión global de la organización y del entorno económico".

Un aspecto fundamental, en este sentido, es la frecuencia con la que se actualizan los programas. "Todos los años se revisan. Es una actualización permanente. Las optativas de segundo curso se examinan de manera anual", menciona Estalella. A diferencia del mundo universitario, que en ocasiones evoluciona lentamente y no siempre en concordancia con las exigencias del mercado y las empresas, las escuelas de negocio actualizan la materia frecuentemente. "En el IE, renovamos los programas cada tres o cinco años. En cada rediseño trabajamos con reclutadores y antiguos alumnos para ajustar los programas a las necesidades del futuro", recalca Boehm.

Empleo en tres meses

Quizás por todo ello, el MBA es un titulado muy apreciado por parte de las compañías. En el caso del IE, más del 90% de sus alumnos consigue empleo tan sólo tres meses después de graduarse, y además lo hacen con un incremento salarial promedio de más del 100%. "La formación superior siempre tiene un valor importante, pues da al candidato una visión más completa del mundo empresarial. Un MBA a una persona que ya tiene experiencia profesional le permite comparar y reforzar su vivencia personal", explica Leticia de la Herrán, directora gerente de Antal International, organización mundial de reclutamiento ejecutivo, "por eso, las empresas siempre lo valoran de manera positiva".

Sea como fuere, cursar un máster de esta índole exige tiempo, compromiso y una inversión económica lo suficientemente alta como para meditar la decisión, barajando todas las opciones. "Hay muchos centros que imparten estos programas formativos, por lo que conviene mirar con detalle quién enseña las materias y su experiencia profesional, para poder determinar el valor que va a aportar", aclara De la Herrán. A pesar de ello, lo cierto es que las escuelas de negocio españolas han alcanzado en los últimos años un elevado nivel. De hecho, en el reciente ranking elaborado por Financial Times, el IE logró la posición 12; IESE, la 16; y Esade, la 23.

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