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La digitalización no consigue acabar con el intercambio de tarjetas de visita

  • La mayoría de usuarios sigue apostando por modelos sencillos y profesionales
Imagen de Getty

Cualquier encuentro de negocios no está completo sin el tradicional ritual de intercambio de tarjetas de visita. Por otro lado, la oportunidad de alcanzar aquel puesto de trabajo tan deseado puede partir también de un gesto tan simple como entregar un pequeño trozo de papel a nuestro interlocutor. Las fascinantes tarjetas de visita de los CEO más importantes del mundo

Sin embargo, el auge de las nuevas tecnologías vaticinaba un varapalo para esta industria. Tanto es así que plataformas como LinkedIn u otras redes profesionales permiten a sus usuarios acceder de forma rápida y al instante a una amplía red de contactos sin necesidad de llevar a cabo el habitual cambio de tarjetas. Aún así, parece que este acto está tan integrado en nuestra cultura empresarial que ni siquiera las redes sociales han hecho desaparecer estos pequeños objetos.

Llamar la atención

No obstante, existe una particularidad que sí se ha modificado a lo largo de estos años. Se trata de los modelos y las tipologías de tarjeta: algunos consumidores han apostado por la originalidad y la innovación como sinónimo de éxito -es mucho más fácil que nuestro interlocutor se quede con quién somos si le entregamos una tarjeta que llame su atención y sea difícil de olvidar-.

Así, son muchos los usuarios que apuestan por objetos personalizados en función de su profesión: tarjetas con formas de micrófono para locutores de radio, otras que simulan el objetivo de una cámara para fotógrafos, una pista de tenis para entrenadores de este deporte, o una tirita para enfermeros.

La idea principal es que el objeto elegido represente de la forma más fiel posible la esencia bien del negocio o bien del trabajador. Éste es el caso de algunas de las tarjetas de la compañía Lush, las cuales incluyen un sobre con semillas naturales en su interior, representando, de esta forma, el espíritu de la corporación.

Otra de las tarjetas más excéntricas son las comestibles, o las recortables, sin duda una de las formas más llamativas de sobresalir. De esta forma, las imprentas y establecimientos especializados en este tipo de productos están aprovechando las posibilidades que les brindan las nuevas tecnologías, como es el caso de la impresión en 3D o de las tintas comestibles, una opción, esta última, muy útil para comercios y locales de restauración o cocineros.

El sentido del humor también se cuela en las decisiones que llevan a elegir este tipo de herramienta profesional que más se adapte a las características del negocio o de la persona que la porta. Un ejemplo de ello son las tarjetas recortables y divisibles por la mitad para los despachos de abogados especializados en casos de divorcio.

Sencillez profesional

Sin embargo, y al contrario de lo que se tiende a pesar, los modelos más sencillos, simples y profesionales continúan siendo los favoritos de la mayoría de clientes. Así lo confirman desde la compañía Zazzle.es: "Las más vendidas en 2015 fueron las de fondo blanco y liso, lo que demuestra que la mayoría de los consumidores prefieren una tarjeta tradicional que transmita un sentimiento profesional".

La sencillez no sólo se refleja en los colores o en el aspecto de estos objetos: "Las formas simples y regulares son las más populares", confirman desde Zazzle.es.

Existen tantas posibilidades como perfiles profesionales. La clave del éxito radica en apostar por el objeto que represente de la forma más fiel posible la naturaleza del negocio o del futuro empleado. Una opción que sigue siendo vital a la hora de continuar ensanchando el universo de contactos de cualquier profesional, a pesar de las ventajas online que ofrecen las redes sociales.

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