
Durante los años de la crisis en España, el sector de lujo ha seguido creciendo, pese a la caída de los salarios y del consumo. Tanto que las ventas de este segmento de actividad han alcanzado los 4.000 millones de euros.
Sin embargo, pese a la expansión del sector y los buenos resultados, se está transformando ante un nuevo reto: la exigencia del comprador. "El mercado del lujo hasta ahora se vendía solo, pero actualmente la competitividad de las marcas es más notable y los clientes más exigentes", explican desde Training Luxury empresa internacional formada por expertos en formación y coaching en la industria del lujo. Los clientes esperan que además del producto se les ofrezca un servicio en armonía.
Selección de personal
Las marcas también buscan cambios en la selección de personal. "Los clientes piden una atención especial, adecuada a su cultura, por lo que los empleados han de estar preparados para responder en ese trato", asegura Renato Mosca, socio fundador de Training Luxury.
Hace unos años, los buenos vendedores se convertían en los directores de tienda por sus cualidades técnicas pero ahora eso no es suficiente y necesitan aportar mucho más. "Estamos en un momento en que alcanzar niveles de excelencia es más importante que nunca. La primera vez el cliente se acerca a la tienda por la marca o el producto, pero la segunda vez solo vuelve a la misma tienda por el vendedor, si le han tratado bien", señala Mosca.
En un momento en el que los nuevos clientes 'millenials' enfocan su atención a las compras a través de herramientas digitales, la relación en el punto de venta puede convertirse en un elemento diferencial que las marcas pueden ofrecer a sus clientes.
Las firmas invierten en talento
Las firmas de este tipo de mercado, invierten más en talento, porque los empleados han de tratar con gente económicamente muy solvente y además se convierten en los principales embajadores de la marca.
Por este motivo, las empresas precisan cada vez más incorporar a sus plantillas personal con mayor cualificación además de tener una alta capacidad relacional: han de ser capaces de generar relaciones con los compradores. No solo, una vez incorporados, les forman y les dan más poder a través del 'empowerment', responsabilizando más las personas.