En un contexto de financiación bancarizado como el que impera en España, las sociedades de garantía recíproca (SGR) suponen una alternativa de acceso al crédito, que permite que más de 116.000 empresas tengan financiación y puedan mantenerse unos 650.000 empleos.
El presidente de la Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca (Cesgar), José Rolando Álvarez, recuerda que en el mercado español, las pymes aportan más del 65% del PIB y dan empleo al 80% de los trabajadores.
Sin embargo, advierte de que sus posibilidades de expansión quedan supeditadas, en muchos casos, a la obtención de una financiación adecuada y específica que durante la crisis la banca no ha facilitado.
Por eso, en los últimos años han ganado protagonismo las sociedades de garantía recíproca, que estudian de manera más cercana el plan de viabilidad de una empresa, para que ésta pueda obtener un aval y se allane el acceso al crédito bancario.
Aval para financiarse
Ese aval sirve de garantía para que una empresa obtenga la financiación que no conseguía o, en el caso de que la tuviera, pueda optar a un precio inferior y a un plazo de amortización generalmente más amplio, lo que a su vez hace más fácil su devolución.
Además, el aval aporta la tranquilidad al banco de que puede confiar en la devolución del crédito, ya que, en el caso de impago, la sociedad de garantía recíproca responde, en última instancia, de la devolución del préstamo.
La mediación es el papel fundamental de las SGR, son la unión entre el emprendedor y las entidades, destaca el presidente de la patronal, quien añade que los bancos "ya están empezando a ver que somos un aliado solvente que aporta soluciones".
La diferencia con las entidades financieras es que las SGR estudian cada proyecto de forma personalizada, cuentan con expertos en análisis técnico y de mercado que ofrecen a los emprendedores y empresarios "un traje a medida" para cada una de las propuestas que les presentan, estudiando "al milímetro" la viabilidad.
La empresa o autónomo interesado en obtener una financiación más favorable acude a una oficina de una sociedad de garantía recíproca en su zona o directamente a su banco para aportar información sobre su proyecto y recibir asesoramiento.
Proponen ajustes
Tanto es así que las propias sociedades de garantía recíproca proponen, en ocasiones, ajustes en la compañía para hacer más fácil su continuidad y conceden el aval a cambio de que sean socios de la SGR, una fórmula con la que pueden ayudar a otros emprendedores que necesiten crédito en un futuro.
La confederación cuenta ya con 116.000 socios partícipes y 774 protectores, que son los socios que aportan casi el 50% del capital del Fondo de Provisiones técnicas, y en muchos casos son las propias comunidades autónomas.
El presidente de la patronal explica que los objetivos principales de las SGR son reducir el coste de financiación de una compañía y minimizar el riesgo de quienes las financian -los bancos- estudiando cada caso "con detenimiento".
Por eso incide en que al no perder detalle de cada proyecto que se les presenta, el 93 % de las operaciones que se llevan a cabo cumple con los pagos de devolución del crédito, por lo que la morosidad es de sólo el 7 %, muy por debajo de la media de la banca en este segmento de negocio.
Micropymes
El principal foco de cliente que tienen las SGR son las micropymes, empresas de entre 1 y 10 trabajadores, "las que más han sufrido las restricciones bancarias", por eso más de 10.000 autónomos y compañías han solicitado ya sus servicios.
Ante el éxito en los últimos años, cuyos resultados de 2014 desvelarán mañana en rueda de prensa, el objetivo que persiguen para 2015 es dar financiación a otras 25.000 empresas.
En España, tras un proceso de concentración cerrado en este inicio de año, hay 20 sociedades de garantía recíprocas operativas, de las cuales una es sectorial.