Emprendedores-Pymes

Los bancos invierten en los 'avalistas' de las pymes para facilitar el crédito

  • Coincide con las mayores exigencias de solvencia a estas sociedades

Los grandes bancos irrumpen en el accionariado de las sociedades de garantía recíproca en un momento donde la financiación a pymes se ha convertido en el campo de batalla por la mayor promesa de rentabilidad para el sector.

El Santander y Caixabank acaban de incorporarse a la madrileña Avalmadrid, casi al tiempo que el Sabadell lo hace en la castellanoleonesa Iberaval. La asturiana Asturgar ultima a su vez un refuerzo de capital, con el que daría entrada al Santander y al Popular, junto a los históricos Liberbank, Sabadell (por la posición heredada del Herrero) y varias cajas rurales.

Algunas como la sociedad catalana Avalis abrieron el camino hace cierto tiempo -en su capital figuran Bankinter, Santander, Popular o BBVA-, aunque la presencia de bancos seguía siendo anecdótica.

Gobiernos regionales

Los denominados socios protectores han sido tradicionalmente antiguas cajas de ahorros y rurales, organizaciones de empresarios y cámaras de comercio, junto a comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos. Su propia misión, la de derribar las resistencias de las entidades a prestar a pymes convirtiéndose en sus avalistas, justificaba el origen del accionariado. Incardinaba en la vocación de inclusión financiera de las cajas o el interés de los gobiernos a abrir el crédito a empresas de su región.

La actual oleada de inversión de bancos coincide con las mayores exigencias de solvencia a estas sociedades. La ley de Emprendedores aprobada el pasado año obliga a las 23 firmas del ramo (20 de ámbito autonómico y tres sectoriales) a contar con un capital social de 10 millones de euros, frente a los 1,8 millones exigidos por la ley vigente desde los años 90. Este refuerzo de la solvencia, empujado por el Gobierno para multiplicar su capacidad de empujar la financiación, estimula la búsqueda de socios.

El fenómeno es más de respaldo social e imagen que esfuerzo económico, puesto que suponen aportaciones minúsculas para las entidades (de un millón de euros por ejemplo la del Santander ó Caixabank en Avalmadrid). Pero está muy en línea con la creciente atención a estas sociedades.

El grupo cántabro rubricó hace cuatro meses el primer convenio nacional para trabajar con las 23 sociedades existentes, que otras entidades buscan replicar. Hasta ahora los pactos eran bilaterales, dilatando así el proceso negociador.

La crisis ha puesto de relieve la tarea de este sector. El fin de las sociedades de garantía recíproca no es maximizar beneficios como cualquier otra compañía sino ser avalistas de pequeñas y medianas empresas y autonómos para que logren créditos. Que el banco esté protegido y libre de cualquier impago porque lo soportarían dichos avales ha permito a las pymes obtener una financiación que, en muchos casos, se les negaba. En los últimos años han logrado además abaratar de forma sustanciosa la financiación -se estimó que el acuerdo del Santander bajaba el interés promedio desde el 4,8% del mercado a un 3 ó 3,5% precisamente por estar libre de riesgo-.

Menos interés más plazo

Su mayor contribución ahora, cuando la competencia por prestar a pymes también presiona a la baja los precios, es facilitar financiación de mayor calidad, con periodos de carencia y plazos superiores. Consiguen alargar operaciones hasta los 12 y 15 años y muchas se firman a 4 ó 5 años, frente a las usuales líneas de financiación renovables de forma anual.

Estas firmas 'avalistas' emplean a 650 trabajadores y cuentan con unas 70 oficinas. Entre enero y septiembre habían respaldado 632,91 millones de operaciones, un 11% más; mientras que la cifra acumulada de financiaciones que han conseguido o mejorado excede los 27.238 millones. Cuando hay una sociedad de garantía recíproca detrás, cada euro se multiplica por 35 en financiación por evitar la morosidad al banco. Y no solo permiten créditos privados. Desde el año 2000, han movilizado con su apoyo 9.000 millones de euros en préstamos de organismos europeos. El sector espera ser capaz de incrementar su actividad entre un 20 y 25% en los próximos años.

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