
Con los ecos de las elecciones europeas aún resonando en nuestras cabezas, no podemos negar que los comicios han servido para reavivar el debate sobre Europa, sobre qué es y qué significa en nuestro día a día.
Desde el punto de vista empresarial, Europa como potencia económica se enfrenta a grandes desafíos que se han ido gestando de forma paralela a la crisis económica. Países como Brasil, Rusia, India o China -los llamados Bric- han acelerado aún más su desarrollo mientras nosotros tratábamos de poner orden en casa. Competir contra los recursos naturales o los costes en estos países parece una utopía, así como hacerlo contra el liderazgo de superpotencias como Estados Unidos. Sin embargo, en Europa contamos con una fortaleza que puede marcar la diferencia en un entorno tan complicado como el actual: nuestras pymes .
A diferencia de los grandes grupos multinacionales, cuyo peso reside en aspectos como el volumen de ventas, la fortaleza de las pymes estriba en que son auténticas generadoras de empleo. Así, en Europa dos de cada tres puestos de trabajo son creados por una pequeña o mediana empresa. Ello, sumado a su dispersión geográfica, heterogeneidad de modelos de negocio y diversidad social permiten, además, garantizar la distribución de la riqueza -lejos de la concentración de capitales que se dan en los países emergentes o en los grandes grupos empresariales-.
Innovación
Sin embargo, para que esta realidad se transforme en una ventaja competitiva sólida frente a estos grandes mercados, las pymes europeas deben hacer una apuesta clara: deben innovar. Históricamente Europa ha sido cuna de emprendedores y pioneros en innovación, desde la Grecia clásica hasta nuestros tiempos, en los que destacan figuras como las de Albert Einstein o Marie Curie, por solo nombrar un par de ejemplos.
Entonces ¿por qué nuestras pymes no están a la cabeza de la innovación? Podríamos debatir largo y tendido sobre la posible pérdida de ese espíritu emprendedor que ha caracterizado a los europeos, y por el que ahora destacan otras sociedades. Pero en mi opinión, ese no es el problema, y desde mi experiencia en Ateknea Solutions, trabajando en proyectos de innovación para pymes , de lo que no hay duda es que las pequeñas y medianas empresas europeas carecen actualmente de la experiencia y la financiación necesarias para afrontar proyectos enfocados a la innovación.
En cuanto a la experiencia como innovadoras, por su propia condición de pequeñas o medianas empresas las pymes europeas no pueden ser expertas en todo, sino que se centran en la actividad principal de su negocio. ¿Es esto un error? No, de hecho es lógico que las pymes se centren en lo esencial para sus negocios, pero sencillamente es necesaria otra estructura, que estimule a dichas pymes a acudir a socios estratégicos con los que desarrollar esta vertiente innovadora.
En cuanto a la falta de financiación ¿realmente no existe un acceso al crédito más allá del cuestionado sistema económico actual? Rotundamente no. Volviendo a Europa, la Comisión Europea ha puesto en marcha Horizonte 2020, un programa marco dirigido a promover la investigación e innovación como aspectos esenciales para impulsar el crecimiento y la competitividad de Europa. Dentro de este programa marco, para el que se han destinado nada menos que 80.000 millones de euros, existe un programa dirigido específicamente a la pymes y que éstas deben aprovechar: el instrumento PYME.
La última pregunta que quedaría por hacernos es ¿cómo puede una pyme beneficiarse de estos fondos? La respuesta sería, a su vez, otra pregunta: ¿tiene esta pyme una idea innovadora que dé respuesta a una necesidad real de la sociedad? Si la respuesta a esta última pregunta es afirmativa, y la pyme tiene el espíritu innovador necesario y cuenta con un partner adecuado en el que apoyarse, acceder a los fondos de Horizonte 2020 -y con ello poder desarrollar su idea innovadora- es mucho más factible.
Que las pequeñas y medianas empresas europeas innoven es importante y no sólo para sus propios negocios. Europa compite hoy con los gigantes asiáticos, rusos y sudamericanos, y para poder ser un actor importante en este mercado tan globalizado, contamos con dos importantes herramientas, las pymes y la innovación. Como decíamos al principio, del éxito de las pymes europeas depende el éxito de Europa como potencia económica, y viceversa.
Miklós Zoltai, CEO de Ateknea Solutions