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¿Tiene su compañía un plan de actuación ante un accidente?

"Un terremoto de 3,9 grados en la escala de Richter, el mayor de los más de 250 micro-seísmos producidos hasta ahora por el proyecto Castor, se ha registrado esta madrugada sin causar daños frente a la costa del norte de Castellón y sur de Tarragona, ha informado la Dirección General de Protección Civil".

Este suceso, ocurrido el pasado 30 de septiembre, tiene numerosas implicaciones, más allá de los posibles daños personales y medioambientales. Significa que una empresa, y probablemente varios de los actores de su cadena de suministros, tuvieron que actuar para remediar, sin improvisaciones, ese momento de crisis.

Lo que hace años se denominaba plan de contingencia o plan de crisis hoy se conoce como plan de continuidad del negocio. Diego Bueno -director de IT Advisory- es una de las siete personas de la firma KPMG que desde el viernes cuenta con la norma ISO 22301 -otorgada por el IRCA (International Register of Certificated Auditors)- para gestionar ese tipo de planes. Se trata de la primera empresa en España que lo consigue, y la norma permite planificar, establecer y revisar un sistema de gestión documentado para prepararse, responder y recuperarse de eventos que generan interrupciones.

Resiliencia del negocio

"Lo que persigue es la resiliencia del negocio, es decir, lo que yo llamo flexibilidad, cintura de las empresas para dar continuidad de servicio a sus clientes ante cosas inesperadas, y que puede afectar a distintas áreas de la gestión", explica Bueno. Hace años, ese tipo de amenazas se llamaban desastres naturales, pandemias y atentados. Hoy, ese perímetro de lo físico se ha trasladado a lo lógico y hablamos de ataques informáticos o problemas en el reparto de mercancías, por poner solo dos ejemplos. "Hay empresas que no se pueden permitir estar sin operar más de diez minutos", dice. Para eso también es necesaria la resiliencia que, más allá de la acepción de supervivencia que utilizan los departamentos de Recursos Humanos, Bueno asocia a la ingeniería: "es la capacidad de torsión de los diferentes materiales".

Bueno explica que el sector financiero lleva años concienciado de la importancia de estos planes, que llevan vigentes desde hace más de una década pero que ahora han vuelto a estar de actualidad. También cita a las empresas energéticas, la industria y la distribución. "Además, está generando puestos de trabajo específicos, porque cada vez se piden más profesionales con este tipo de certificados", dice.

Esta puesta a punto exige una inversión por parte de las compañías, aunque reconoce que es complicado "saber cómo se recuperará". La regulación está impulsando el tema: "Así podemos concienciar a nuestros clientes".

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