El cierre del grifo del crédito -o credit crunch, como lo han bautizado los expertos- es quizá la mayor amenaza para el crecimiento económico, ya que ahoga a las pequeñas y medianas empresas (pymes), que no sólo tienen taponado el acceso a la financiación, sino que para lograr un préstamo deben pagar tipos de interés prohibitivos y cumplir estrictas condiciones de avales y requerimientos variados.
Así, a las pymes españolas, la financiación les cuesta el 77% más cara que a las alemanas y el 35% más que a la media de la eurozona, según un informe contenido en el último número de Cuadernos de Información Económica, editado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
En detalle, el estudio, que firma el economista Joaquín Maudos, pone en evidencia cómo la fragmentación del mercado financiero europeo penaliza a las empresas de los países más golpeados por la crisis de deuda soberana -distressed countries en su acepción inglesa-, entre los que figuran España, Chipre, Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y Eslovenia.
Cuanto más pequeñas, peor
Más en concreto: las empresas de estos países soportan un coste de la financiación bancaria que es el 85% superior al del resto de países, y ello, con independencia del tamaño que tengan las compañías solicitantes de créditos, si bien es cierto que el panorama es más dramático para las sociedades no financieras de pequeño tamaño.
En el caso de España, la situación es especialmente grave para las pymes, que están pagando por su financiación -considerando préstamos inferiores a un millón de euros- 105 puntos básicos más que la media que soporta el mismo tipo de empresas en otros lugares de la eurozona. Mientras tanto, el resto de las empresas, es decir, aquéllas que piden préstamos superiores a un millón en España, tan sólo abonan en la actualidad un sobrecoste de 35 puntos básicos respecto a la zona euro.
Tal y como explica el autor del informe publicado por Funcas, Joaquín Maudos, y reconoce el Banco Central Europeo (BCE) en su última encuesta sobre acceso a la financiación en la UE, "los tipos de interés bancarios responden mucho más a la prima de riesgo soberana de cada país que a los tipos de intervención del BCE".
Giro a partir de 2008
De hecho, una comparativa con los años anteriores a la crisis permite certificar que las pymes españolas pagaban por los préstamos inferiores al millón de euros un coste algo más reducido que la media de la eurozona. Esta situación dio un giro radical en España a partir de 2008 y, sobre todo, desde 2011 y 2012, cuando el tipo de interés de los préstamos repuntó hasta colocarse 195 puntos básicos por encima de los que pagan las pymes en países como Alemania, Bélgica o Luxemburgo, que no están azotados por la crisis de deuda.
Las grandes empresas tampoco están a salvo de este encarecimiento de la financiación por mor de las tensiones de deuda, aunque es un fenómeno más reciente. Hace dos años empezaron a pagar intereses más elevados respecto a los que se abonan en la eurozona. Queda claro, por tanto, que las pymes son las que sufren en mayor medida la falta y carestía del crédito, dado que en 2012 pagaron de media un tipo de interés 238 puntos básicos superior a los de las grandes empresas, según detalla Funcas.