Con la llegada de la financiación colectiva ('crowdfunding') a la legislación española surgen interrogantes acerca del futuro del sector y del posible impacto del anteproyecto de ley de Fomento de la Financiación Empresarial. Las plataformas aseguran que, tal y como está la nueva legislación, ahogará al sector y restaría competitividad.
Las asociaciones de crowdfunding avisan de que se redactó el anteproyecto sin consultar con ellas, y de que el texto transmite gran desconocimiento de sus actividades, por lo que preparan una contrapropuesta para antes de que finalice el periodo de consulta (28 de marzo).
En primer lugar, es importante aclarar que sólo dos de las cuatro tipologías de financiación colectiva se verán afectadas: inversiones en participaciones de pequeñas empresas (equity crowdfunding) y préstamos entre particulares, también llamado P2P Lending.
El anteproyecto establece el importe máximo de captación de fondos por cada proyecto en un millón de euros. Una medida que desde la Asociación Española de Crowdfunding (AEC) consideran contradictoria en relación a los otros límites establecidos por inversor: 3.000 euros por proyecto o 6.000 euros en varios, durante un periodo de 12 meses.
Los promedios de inversión de las principales compañías del sector varían mucho en función de si se dedican a participaciones de pequeñas empresas o préstamos entre particulares, de 44.000 euros a 2.500 respectivamente (ver gráfico). Desde la asociación se considera que es un error legislar sin distinguir actividades tan diversas.
Obstáculo a la competitividad
Aunque son varios los puntos criticados, la obligación de que los proyectos estén basados en España es, a juicio de Javier Villaseca, un gran obstáculo a la competitividad de las plataformas españolas. "No permite la captación de talento ni financiación extranjera". Casos como el de Lendico, que se define como la primera plataforma global, son un claro ejemplo.
A su vez, el texto elimina las comisiones en base al éxito de la captación de fondos, base del negocio de muchas plataformas nacionales e internacionales. La AEC pide que se regulen mediante la competencia y las reglas de transparencia.
Otra de las medidas -esta aplaudida por el sector-, consiste en la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para el equity crowdfunding y el Banco de España para préstamos entre particulares. El BdE no quiso opinar, ya que se trataría de un nuevo ámbito en sus actividades: "El crédito no es una actividad reservada a los bancos", por el momento "sólo supervisamos a las entidades de crédito".
Xavier Olivella, presidente de la AEC, considera que el papel de estas instituciones ayudará a que el inversor quede más protegido y aseguró que en España no se han dado casos de fraude u otros delitos por la falta de regulación específica.
La banca se interesa
Existen pocos estudios desde el sector de la banca. El último de ellos, el Economic Outlook de BBVA Research en Estados Unidos, avisa de que estos dos tipos de financiación colectiva pueden suponer una innovación disruptiva para las entidades financieras. Esto quiere decir que comienzan ganando mercado en segmentos que no aportan beneficios a las grandes compañías, para crecer y desplazar a los competidores establecidos, según el documento.
Otro dato significativo que avisa de las posibilidades de futuro de la financiación colectiva es la inversión de 90 millones de euros de Google en Lending Club, la mayor plataforma de préstamos entre particulares a nivel global; así como su apuesta por el equity crowdfunding a través de su fondo de inversión. Por el momento, la madurez del mercado estadounidense está muy lejos del español. En EEUU el crowdfunding movió unos 1.600 millones de euros en 2012, un 59% del monto total mundial, según la consultora del sector Massolution. En España, diferentes estimaciones cifran esta cantidad entre 17 y 30 millones para el mismo año.
En nuestro país, son pocas las plataformas que creen que los bancos les ven como algo más que una tendencia. Javier Villaseca, fundador de Sociosinversores.es, pionera en equity crowdfunding en España, consideró que no son competencia de los bancos: "En la mayoría de los casos, ayudamos a las pymes que los bancos no quieren avalar y, gracias a nosotros, acceden a la financiación tradicional".
Por su parte, Arturo Cervera, fundador de Comunitae y con quince años de experiencia en banca, apuntó que "la banca tiene otros problemas en este momento", no somos una amenaza porque cuando nuestras operaciones adquieran un tamaño considerable, "pueden comprarnos". Cerverá compara la situación del crowdfunding con la creación de las agencias de valores, y su posterior compra por parte de las entidades financieras.
Actividades complementarias
El fundador de Comunitae aseguró a su vez que, por el momento, son actividades complementarias. En el caso de las pymes la banca actualmente "no invierte en capital de pequeñas SL", aunque los préstamos sí que "podemos suponer una pequeña competencia".
Para Iván Plaza Férriz, director de Inversiones de Sabadell Capital, "el equity crowdfunding sí que sería una alternativa a nosotros, ya cubre una necesidad que hay en el mercado: permitir que las pymes que han sido descartadas por inversores más sofisticados accedan a otros inversores privados".
Algunos bancos, como BBVA, que no quiso opinar sobre el tema al ser consultado por este periódico, ya han movido ficha en el sector del crowdfunding . BBVA Suma y BBVA Family and Friends son dos iniciativas de financiación colectiva de donaciones y de recompensa.
En cualquier caso, estos dos tipos de crowdfunding no se verán afectados por esta regulación sino por la esperada futura ley de Mecenazgo.