
IdeaFoster es "un materializador de ideas", según Pau García Milá, un proyecto que comienza con sede en Barcelona, Madrid y México DC, y que tiene el objetivo de "ser el sitio donde las ideas se transforman en proyectos reales".
IdeaFoster surgió hace un año, "al identificar dos problemas" a la hora de plasmar una idea de base tecnológica en un proyecto real, explica este joven emprendedor catalán.
Pau García Milà destaca que este nuevo proyecto quiere dar respuesta a "las personas que querrían desarrollar una idea pero no están dispuestas o no puede dejar todo para ejecutarla" o a las que "no saben a donde ir o a quien pedir ayuda".
Precisa que se trata de la primera empresa en Europa dedicada a "materializar ideas", al tiempo que aclara que este proyecto no tiene que ver con una incubadora o una lanzadera de emprendedores.
Ideas innovadoras
De hecho, apunta que IdeaFoster no está concebido para emprendedores sino para ideas innovadoras, indistintamente, que partan del departamento de innovación de una empresa -de cualquier tamaño- o de una persona a título individual.
Su funcionamiento consiste en que el interesado explica su idea a IdeaFoster, y los analistas de ésta comienzan a trabajar sobre el proyecto, todo ello bajo una confidencialidad absoluta.
"Los analistas no valoran si la idea es buena o mala sino que lo estudian y presentan un presupuesto al cliente para conseguir que esa idea se haga realidad", apunta.
Así, el fracaso de IdeaFoster es cuando "dejamos la idea a medias", al ser incapaces de que sea una realidad.
Cubrir cualquier necesidad
Este presupuesto consiste en todo lo necesario para hacer posible la idea presentada, para lo que IdeaFoster cuenta en la actualidad con 40 empresas para poder cubrir cualquiera de las necesidades de ese proyecto.
García Milà destaca además que las empresas con las que colabora IdeaFoster, son preferentemente start-ups, "las mejores en sus distintos campos", con lo que el beneficio que se genera es doble.
Una vez que el cliente acepta el presupuesto, IdeaForest comienza a realizar el proyecto, en comunicación con el cliente, pero siendo los analistas de la empresa quienes "se peleen en el día a día con todos los proveedores".
Pau García Milá destaca que con IdeaFoster se pretende que muchos profesionales puedan materializar su idea, algo que hasta ahora no había sido posible debido al riesgo que supone y que ahora está minimizado.
Este proyecto nace con tres oficinas, en Barcelona, Madrid y México, pero con un carácter global debido a las posibilidades de Internet, lo que también supone "una interrelación" al permitir a clientes y proveedores de distintos países trabajar conjuntamente.
Una vez IdeaFoster concluye su trabajo y la idea se convierte en realidad, esta empresa no mantiene, salvo que lo pida el cliente, ninguna vinculación con el proyecto creado.