
La gran cita de las franquicias ya ha llegado. Del 9 al 11 de mayo Ifema será visita obligada para todos aquellos que, por desgracia, acaban de cobrar el finiquito e igual se plantean invertir ese capital en un negocio que, por las cifras, parece una aventura más real que abrir un negocio por cuenta y riesgo propios. Una forma de comercio asociado, donde se invita a reproducir un éxito comercial probado. Y es que cada hora en España se dan de alta 60 personas en el régimen especial de autónomos. Y contar con un negocio propio se ha convertido en una de las opciones más realistas para lograr unos ingresos estables. La feria reunirá a 315 enseñas de 18 segmentos de actividad.
La oferta expositiva se complementará con un interesante programa de conferencias, en el que se debatirán los temas más actuales y de mayor atractivo para emprendedores y empresarios. La franquicia en España facturó 25,9 millones de euros, en 2012, y generó 246.354 puestos de trabajo. Además, la inversión en una franquicia es cada vez más accesible, el 59,8% de las enseñas, 538 cadenas, requieren una inversión no superior a los 60.000 euros.
Canal de inversión
La franquicia ha reforzado su imagen como canal de inversión en los últimos años. Ante los escasos rendimientos ofrecidos por los activos inmobiliarios y la inestabilidad bursátil, un porcentaje creciente de emprendedores acude a la franquicia en busca de modelos de negocio que ofrezcan rentabilidades a sus capitales. Un colectivo que acude a Expofranquicia, en busca de ideas y asesoramiento y en el que podemos identificar distintos perfiles diferenciados: un porcentaje significativo de los inversores más visibles en los últimos años provienen del empresariado afectado por el cambio de ciclo. Se trata de operadores locales del sector inmobiliario y financiero que se interesan por negocios con un alto movimiento de ventas, asumiendo inversiones que pueden superar los 600.000 euros. Alimentación, restauración y hotelería son tres de los sectores por los que muestran preferencia.
También tenemos lo que ha sido bautizado como ejecutivos en tránsito. Se trata de personas que abandonan sus puestos de trabajo con unas indemnizaciones cuantiosas, lo que les da capacidad para abordar inversiones por encima de los 150.000 euros. Buscan negocios con operativas sencillas que les permitan mantener su disponibilidad en el mercado laboral. Se interesan por todo tipo de modelos de negocio y sector. Por último, tenemos los profesionales en activo, inversores que mantienen una activa carrera profesional y buscan negocios que les permitan diversificar sus intereses. Les atraen los negocios de menor inversión que los anteriores.
Y ¿por qué acudir a la franquicia? Porque son formatos de negocio que permiten el inicio de la actividad con una inversión mínima, la posibilidad de trabajar desde su propio domicilio o desde centros de coworking, franquicias que puedan gestionarse con un mínimo personal. Además, el perfil de autoempleo más joven se siente muy atraído por aquellas franquicias con un fuerte componente tecnológico en su oferta o modelo de gestión.