Las personas afectadas por el desempleo tienen serias dificultades para encontrar más tarde nuevas oportunidades laborales. Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre el mercado laboral en España señala que quienes van al paro se hunden en la precariedad.
Las escasas ofertas de empleo son de mala calidad y las ayudas oficiales son insuficientes. Además, los efectos de la crisis y el alto nivel de paro también afectan a quienes tienen empleo, que no han tenido más remedio que adaptarse a condiciones más duras. Los resultados de este estudio se publican en el número 402 de la revista OCU-CompraMaestra correspondiente a abril de 2015.
OCU ha realizado una encuesta a 1.111 españoles de entre 18 y 65 años, representativos de la población española según edad, sexo, distribución geográfica y nivel educativo. La encuesta se completó con una segunda muestra de 1.559 socios de OCU para profundizar más en determinados aspectos.
Radiografía del parado
Más de cuatro millones y medio de personas están apuntadas al paro en nuestro país. (Un millón más según la última EPA). Esta situación condiciona su vida cotidiana en todos los aspectos, incluida su faceta como consumidores.
Una de las primeras conclusiones de la encuesta de OCU es que el paro afecta sin grandes distinciones a gente de cualquier edad y condición por toda la geografía nacional. Otra característica es que no se trata de una situación transitoria, más de un tercio de los encuestados sin trabajo lleva más de tres años en esa situación.
Y no es porque no busquen empleo. La OCU señala que cuatro de cada diez desempleados ha presentado más de 10 solicitudes en los últimos tres meses. Y no sólo en su área profesional, el 84% de los parados busca un empleo de cualquier tipo. Sin embargo únicamente 7 de cada 100 solicitudes reciben algún tipo de respuesta.
Ser mileurista... un lujo
El hecho de recibir una oferta de empleo tampoco es garantía de un trabajo mínimamente digno. La OCU denuncia que en la mitad de casos el salario es bajo: 889 euros mensuales de media. Al 25% les ofrecieron un trabajo con un sueldo de 650 euros y en una de cada cinco entrevistas ni siquiera se planteó la idea de que hubiera un contrato laboral.
El salario ofrecido varía en función del nivel de formación, 771 euros para quienes tenían estudios primarios, 878 para quienes tenían estudios medios y 1.036 euros para quienes tenían estudios superiores. La conclusión es clara, para los parados el mileurismo es un lujo y la precariedad se ha instalado con fuerza entre quienes han perdido su empleo o nunca lo han tenido.
Ante esta situación OCU denuncia que las prestaciones y subsidios destinados a los desempleados se quedan cortos. Un 66% de los desempleados encuestados por la OCU no recibe ningún subsidio en la actualidad, y el 34% de los parados que recibe alguna ayuda, percibe de media, 635 euros.
La mayoría de los encuestados tienen una opinión negativa de los servicios públicos de empleo. Piensan que la información y ayuda que prestan es insuficiente y que el número de trabajos ofrecidos y su calidad, es muy pobre.
La precariedad se extiende a los trabajadores
El impacto de la crisis y el reflejo de la situación del desempleo también ha tenido efectos sobre los trabajadores. El salario medio de los entrevistados por la OCU es de 1.854 euros mensuales, un lujo si se compara con las ofertas que reciben actualmente los desempleados.
Sin embargo el 27% de los trabajadores ha visto cómo su salario se reducía en los últimos 5 años. Además, más de la mitad de los empleados trabaja más horas de las que dice su contrato y 2 de cada 3 no cobran ni reciben compensaciones por las horas extra.
Tener empleo en estos momentos no garantiza una vida holgada, pues un 21% de las personas con trabajo pasa por serias dificultades económicas.
Efectos en la salud
Las consecuencias de la precariedad laboral para trabajadores y desempleados son claras. Casi tres cuartas partes de los trabajadores encuestados, ha padecido estrés laboral, un 35% de forma habitual.
Según la encuesta un 20% de los trabajadores considera que su trabajo tiene un impacto negativo en su salud y calidad de vida, además de en su vida familiar, personal y social. Unos niveles de estrés, salud o felicidad que son bastante peores en el caso de los parados.
Ante este panorama la OCU señala que sólo una mejor preparación mediante la formación puede permitir mejorar las condiciones laborales. Hay casi el doble de paro entre personas con un bajo nivel de estudios que entre quienes tienen un alto nivel; y los mejores sueldos se encuentran en aquellos campos que exigen una mayor preparación.