
Aviso a emprendedores: nadie dijo que el autoempleo fuera fácil, nadie dijo que no fuera arriesgado. Pero, ¿es posible agarrarse a un clavo menos ardiendo que el resto?¿Existe un modelo de emprendimiento con un respaldo extra? A priori, sí: las franquicias .
Sin embargo, no son la panacea, requieren el mismo esfuerzo que el autoempleo independiente, y siempre dependeremos de una mano que, en mayor o menor medida, nos dé cierto cobijo; una mano a la que, paradójicamente, alimentamos con nuestra inversión.
Si hubiera que determinar los dos principios vertebradores del emprendimiento mediante franquicias, bien podrían ser el autoanálisis y la investigación. El futuro franquiciado debe sopesar si es un candidato coherente, si el sector le ilusiona; en definitiva, "tiene que estar seguro de dónde se mete", apunta Santiago Barbadillo, director general de Barbadillo y Asociados, una consultora de franquicias . Y respecto a la investigación, es primordial documentarse, acudir a otros establecimientos de nuestra misma red con el objetivo de verificar hasta qué punto lo acordado con el franquiciador se cumple o no.
Pero, ¿a qué puntos debemos prestar más atención antes de dar el salto?
La inversión inicial
En ocasiones se da al potencial franquiciado cifras más bajas de las que realmente tendrá que aportar para poner el negocio en marcha, o simplemente se deja de hablar de cifras que serán necesarias.
Esta clase de presupuestos responden a cifras tipo, por lo que cabe la posibilidad de que un aspecto específico infle o desinfle el montante que se exige al franquiciado. Como apunta Mª Dolores Sevillano, directora de Consultoría de Tormo y Asociados, "aun siendo transparentes, las cifras pueden no coincidir. La cifra hay que llevarla a su caso concreto".
"Hay veces que se les olvida incluir la partida de la obra civil", remarca Barbadillo, partida que, insiste, no se puede obviar, "aunque cualquiera con un mínimo de formación se da cuenta".
Perspectivas de facturación
No debe olvidarse que para el franquiciador, el franquiciado no es sino un inversor más, de ahí que aquellos muestren ante éste ciertas reservas a la hora de disparar las previsiones de negocio o que, por el contrario, traten de dibujar al franquiciado el mejor de los escenarios. Sevillano defiende que estas cifras siempre deben ser contrastadas antes de hacer definitivo el contrato, y para ello la mejor vía es acudir a otras franquicias de la misma red y preguntar por su caso.
La formación previa
La formación que en ocasiones promete prestar el franquiciador a su inversor es el tercero de los aspectos que hay que tener en cuenta. Barbadillo apunta que en ocasiones "no es lo profunda que debería".
Debe especificarse claramente el contenido de esta formación, dónde se dará y cuánto tiempo durará este periodo formativo previo a la puesta en marcha.
Apoyo inicial al franquiciado
Una vez rubricado el contrato, el franquiciador debe ofrecer al franquiciado un apoyo continuo y sistemático. Especialmente, según explica Barbadillo, la marca debe tener capacidad para solventar los problemas que atañen a la inexperiencia del emprendedor, aportando además el personal que fuera necesario para cubrir estas carencias.
"El rápido crecimiento de una franquicia hace que el personal disponible para este apoyo sea muy escaso o nulo", explica Barbadillo.
Control del franquiciador
Por lo general, los fallos en los que el franquiciado puede incurrir cuando el franquiciador no supervisa la labor del primero como es debido conciernen principalmente a una bajada de calidad del producto o servicio. La norma común es que este control decaiga a medida que el éxito del establecimiento aumenta.
Presupuesto de comunicación
Resulta también pertinente que la franquicia tenga un comité de marketing para que el franquiciado sea partícipe en cierto modo de la estrategia comunicativa que la empresa desarrolla. No obstante, en ocasiones es el franquiciado el que no está dispuesto a constituir un comité de este tipo, que le privará de tiempo sin remuneración extra.