
En la era digital y de la Inteligencia Artificial (IA), los trabajadores con títulos académicos sienten un creciente temor: que sus trabajos se vuelvan obsoletos. Esta inquietud, que ha rondado por mucho tiempo en los pasillos de aquellos sin estudios superiores, ahora resuena con fuerza en las oficinas y despachos de los más formados.
Con la IA dominando los titulares y convirtiéndose en el tema de conversación en cada rincón, el FOBO —o "Miedo a volverse obsoleto", por sus siglas en inglés— se ha convertido en una sombra persistente en la mente de muchos.
Pero, ¿qué es exactamente el FOBO y cómo se diferencia del ya conocido FOMO?
El FOMO, o "Miedo a perderse algo", es una ansiedad derivada de la idea de que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente. Es un término que ha ganado popularidad con el auge de las redes sociales, donde constantemente vemos momentos destacados de la vida de otros.
Mientras que el FOMO se centra en las experiencias sociales, el FOBO se relaciona con la preocupación profesional y tecnológica, temiendo que la evolución tecnológica deje atrás nuestras habilidades y conocimientos.
La IA ha hecho crecer el FOBO
Según una reciente encuesta de Gallup, el temor no es infundado. Los trabajadores temen, y con razón, que la tecnología, en especial la IA, haga que sus trabajos se vuelvan obsoletos. Esta preocupación ha crecido de manera alarmante, vinculándose directamente a avances significativos en IA, como los chatbots del calibre de ChatGPT.
La encuesta reveló que ciertos grupos demográficos, como los graduados universitarios y aquellos con ingresos medios sienten este temor con más intensidad. Sorprendentemente, el porcentaje de trabajadores con estudios universitarios preocupados ha saltado del 8% al 20%.
Esta cifra los coloca en un nivel de preocupación similar al de aquellos sin estudios superiores, quienes históricamente han mostrado inquietud ante la automatización.
Es esencial destacar que, mientras que los trabajadores sin estudios universitarios han sentido desde hace tiempo la amenaza de ser reemplazados por máquinas, no mostraron un aumento en su preocupación en esta encuesta. Sin embargo, entre los trabajadores con estudios superiores, hombres y mujeres por igual, expresaron niveles de temor similares. El miedo no solo radica en perder el empleo, sino en las repercusiones que ello conlleva: pérdida de beneficios y reducción de salarios.
En el pasado, la imagen de robots ocupando puestos de trabajo se limitaba a máquinas en líneas de montaje. Sin embargo, el crecimiento en la preocupación de los trabajadores con formación superior es un claro indicativo de los avances en la capacidad de las computadoras para replicar habilidades humanas, desde el lenguaje hasta la creatividad.
A pesar de las alarmantes cifras, hay un atisbo de optimismo. La encuesta también reveló que solo uno de cada cuatro trabajadores ve la obsolescencia tecnológica como una amenaza inminente. En la era de la IA, la adaptabilidad y la formación continua serán esenciales para mantenerse relevante en el mercado laboral.