
La reciente DANA (depresión aislada en niveles altos) en España durante el fin de semana ha provocado una notable disminución de las temperaturas, así como inestabilidad, lluvias y tormentas. Estas condiciones afectaron particularmente a Madrid y a Castilla La Mancha, especialmente a Toledo, durante el domingo.
Madrid, que se encontraba bajo alerta roja de la AEMET, experimentó los peores efectos de la tormenta en el suroeste de la Comunidad. Sin embargo, los peores augurios no se materializaron en la capital hasta la madrugada del lunes, cuando una fuerte lluvia complicó el tráfico durante la primera hora punta de septiembre, causando problemas en las carreteras y numerosos cortes en las líneas del Metro de Madrid.
Faltar al trabajo por mal tiempo o no poder llegar
Frente a fenómenos meteorológicos extremos, ya sea nieve, hielo o lluvias torrenciales, en ocasiones, diferentes regiones se ven gravemente afectadas, lo que impide que muchos trabajadores lleguen a sus lugares de trabajo. Esto lleva a la pregunta: ¿Podría un trabajador ser despedido por no poder asistir debido a estas condiciones?
La respuesta es que la ausencia al trabajo en un día en el que condiciones extremas impiden el acceso debe ser considerada como una situación de fuerza mayor. Esto justifica la inasistencia del trabajador sin que haya repercusiones adicionales.
Es crucial determinar si la ausencia es justificada o no, ya que esto puede influir en decisiones relacionadas con despidos disciplinarios o sanciones dentro de la empresa. Si un trabajador acumula varias faltas y la empresa decide tomar medidas, el empleado podría argumentar ante los tribunales que las ausencias relacionadas con días de mal tiempo no deben ser consideradas.
Cómo buscar vías intermedias
Entonces, ¿qué opciones tienen las empresas y los trabajadores en estas circunstancias?
Se presentan 3 opciones:
Suspensión temporal del contrato: Una empresa puede optar por suspender temporalmente el contrato de un trabajador si considera que no hay razones justificadas para que no pueda llegar al trabajo, como vivir cerca del lugar de trabajo o tener medios para llegar sin problemas. Sin embargo, la empresa debe demostrar que el trabajador podría haber asistido pero decidió no hacerlo.
Paralización temporal de la actividad: Si llegar al lugar de trabajo es imposible o representa un riesgo para los empleados, la empresa puede optar por detener sus operaciones temporalmente. En este caso, los trabajadores tendrían que recuperar las horas perdidas en el futuro.
Teletrabajo: Esta es probablemente la opción más lógica para aquellos trabajos que pueden realizarse a distancia. Durante situaciones extremas, como la que se vivió al inicio del estado de alarma, muchas empresas optaron por el teletrabajo como solución para mantener sus operaciones.
En resumen, las condiciones climáticas extremas pueden presentar desafíos tanto para las empresas como para los trabajadores. Sin embargo, es esencial que ambas partes comprendan sus derechos y responsabilidades en estas situaciones para garantizar un trato justo y equitativo.