De acuerdo, todo el mundo habla hoy en lo que respecta a la jornada laboral de la semana de cuatro días. Sin embargo, apenas un 5% de las empresas en España se plantean instaurarla ahora mismo. Salvo algunos experimentos llevados en muchos casos a cabo en la administración, por ahora parece inviable en muchos casos.
¿Cómo pueden las empresas aproximarse en un contextos en el que además los trabajadores cada vez piden más flexibilidad laboral? Algunas empresas han encontrado una vía intermedia en lo que se denomina "viernes de verano".
La idea se explica sola por el nombre. Igual que muchas empresas reducen los viernes durante el estío su jornada laboral para trabajar solo por la mañana, pretende que ese horario se quede para todo el año.
En la práctica, es algo que muchas empresas lo ofrecen ya, pero que ahora parece que está llegando para proponerse como un nuevo estándar.
Un origen que se remonta a los años 60
Aunque no es logísticamente factible para todas las empresas de todos los sectores, los viernes de verano son una política de algunas empresas por la que los empleados tienen tiempo libre cuando teóricamente la actividad es más lenta y hace buen tiempo.
Estos viernes de verano ampliados -a veces llamados "viernes flexibles" o "viernes de refresco"- son también un reconocimiento por parte de algunas empresas de que quizá los trabajadores no necesiten 40 horas semanales para hacer su trabajo.
El New York Times escribió sobre esta tendencia de ampliar los Viernes de Verano hace unos años, cuando antes de la pandemia algunas oficinas y escuelas ya estaban dando vida al concepto de "Viernes de Invierno" como medio de mantener alta la moral durante una temporada en la que el tiempo no acompaña.
De hecho, es curioso que este tipo de jornada se originó en los años 60 en Nueva York cuando cuando los ejecutivos salían antes del trabajo para ir a sus segundas residencias y a los empleados se les permitía salir después de la comida.
De hecho, hay quien lo relaciona también con el auge de las Happy hours en los bares.
Esta propuesta además ayuda a acercar la semana laboral de cuatro días a las empresas de servicios, donde es muy complicado cerrar las oficinas un día entero o contar con tanta reducción de plantilla si se hace de forma rotatoria.
Además, el nuevo acercamiento se señala como positivo al hacer que también en época de invierno, cuando la luz se va antes, los tiempos de conciliación sean más satisfactorios para los empleados.