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Nuevo trabajo o aceptar la contraoferta, ¿qué debo considerar?

¿Te ha surgido una oportunidad laboral y en tu empresa quieren retenerte? ¿Tienes dos alternativas interesantes sobre la mesa y dudas sobre si aceptar la nueva propuesta o quedarte en tu actual compañía?

A continuación te propongo algunas reflexiones sobre cuatro ámbitos que pueden ayudarte en este proceso de decisión, sin duda clave para tu carrera profesional:

- El valor de la marca es un aspecto a tener en cuenta a la hora de plantearse un cambio de compañía. Formar parte de una organización sólida y de referencia en el mercado aporta intangibles a tu currrículum y contribuirá a tu prestigio como profesional y a tu futura empleabilidad. Analizar la compañía de la que provienes y a la que estás valorando incorporarte, ser consciente de su estilo organizativo y de tus posibilidades para integrarte en tu nuevo puesto, unido a la estabilidad personal y profesional que ofrecen ambas opciones, puede ser decisivo en el contexto actual de mercado.

- El desarrollo profesional, entendido como aprendizaje y crecimiento personal y profesional es, desde mi punto de vista, un valor crítico a tener en cuenta. Aspectos como la formación (técnica y en habilidades), los sistemas de valoración del desempeño, las oportunidades de rotación o movilidad, la autonomía o contar con role models y profesionales reconocidos en el mercado de los que aprender, ayudará a que tu progresión sea exponencial, potenciando de manera acelerada las capacidades necesarias que te permitirán asumir retos futuros.

- Un plan de carrera que permita asumir nuevas responsabilidades y una compensación alineada con ellas, puede ser una envoltura muy atractiva que puede llevarte a tomar decisiones sin la reflexión necesaria. Existe un claro riesgo si consideramos este punto como el único relevante en el proceso de decisión, ya que aun siendo una herramienta habitual de atracción/retención, puede llevar asociado un nivel de exigencia elevado si el puesto al que se aspira está muy por encima de las responsabilidades actuales. Es habitual buscar un salto sustancial que conlleve mejores oportunidades de carrera y condiciones económicas, y aunque es un aspecto muy relevante, no nos engañemos, también recomendamos ser humilde y autoexigente para saber si estás preparado para ese salto, ya sea interno en nuestra actual empresa o en una nueva firma.

- La cultura y los valores de una organización son lo que la define y, en ocasiones, lo que la diferencia. El sentimiento de pertenencia y la alineación entre los intereses de la compañía y la persona, genera altos niveles de compromiso y conexión que favorecen un clima positivo y equilibrado entre lo personal y lo profesional. El ambiente de trabajo, la vinculación con las personas con las que compartes tu día a día y la conciliación, son algunos factores críticos que desde nuestra visión, difícilmente pueden sustituirse.

Tener en cuenta estos cuatro aspectos será de utilidad para valorar si el cambio de compañía supone una verdadera oportunidad coherente para tu carrera o, si por el contrario, es una propuesta que debes dejar pasar. Existen estudios que muestran que cuando una persona acepta una contraoferta de su compañía, el tiempo medio que permanencia en dicha empresa no es superior a un año. Quedarse en la empresa actual no es siempre la mejor opción. Para ayudarte pregúntate cómo quieres crecer profesionalmente, ¿realmente esa oferta/contraoferta te da la oportunidad de desarrollo o es sólo una solución temporal?, ¿cuál es la razón principal por la que quieres buscar otro trabajo?, ¿qué te ofrece la nueva empresa que no tienes en tu trabajo actual?, ¿este paso facilita tu propósito futuro? y si cambiaras de compañía, ¿la razón que te motiva a cambiarte, se solucionaría en el nuevo puesto?

Sea cual sea la decisión, cambiar o permanecer, lo verdaderamente importante es actuar para conseguir aquello que uno quiere y que realmente le motiva. La motivación por el trabajo reside en creer que lo que uno hace trasciende, es de utilidad para otros e incluso considera que, aquello a lo que está dedicando sus esfuerzos, supone dejar un legado que otros reconocerán como positivo en el largo plazo.

Cada uno es dueño para planear su futuro y, para ello, es importante reflexionar sobre cuáles son tus fortalezas y en qué ámbitos vas a poder potenciarlas en mayor medida, decidir en qué te quieres convertir, cuál es tu propósito y qué carrera quieres desarrollar, y por último, actuar y pasar a la acción para poner en marcha todos los recursos necesarios que te lleven al éxito.

Sé el protagonista de tu propia historia y ten la valentía para arriesgarte y conseguir ser quien realmente quieres llegar a ser.

Por: Paloma Arango, gerente en RRHH de Deloitte España

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