Hasta más de una hora tuvo que esperar ayer Joe Ruff, un neoyorquino de 42 años para registrar su voto en la mesa electoral situada en el 52 de la calle Chambers, no lejos del mítico puente de Brooklyn o el corazón financiero de Wall Street. "La sala era muy pequeña y hay que pasar por varias colas, no estaba bien organizado", señalaba posteriormente sin aclarar a qué candidato había votado. Esperas y contratiempos que se extendieron a lo largo y ancho del país.
Por su parte, Jan Stanger, se vio obligado a presentar una queja en el consejo electoral del condado de Hudson, tras esperar más 3 horas y media para poder votar. "Creo que no esperaban un número de votantes tan elevado en este distrito, donde sólo hay dos máquinas para registrar el voto y una se ha roto temporalmente", explicaba.
Precisamente, en el midtown de Manhattan, el bufete de abogados Lowenstein Sandler LLP formó parte del grupo de centros legales encargados de proteger y ayudar a los electores. "Hemos recibido muchísimas llamadas, hemos comenzado a trabajar a las 5.30am, principalmente atendiendo a votantes en Nueva Jersey, Kansas y Oklahoma, que se han quejado de roblemas que normalmente se asocian con la apertura de las urnas", señala a este periódico Catherine Weiss, presidenta del Centro de Intereses Públicos Lowenstein.
"Hemos visto como muchas mesas electorales han abierto tarde, muchas máquinas de votación no han funcionado correctamente, falta de papeletas de papel como respaldo cuando las máquinas no funcionan? estamos trabajando para solucionar estos problemas", explicó. Weiss y su equipo atendieron llamadas durante toda la jornada hasta el cierre de las mesas electorales. En casos concretos, los problemas registrados se trasladaron a un equipo legal más preparado que estuvo en contacto con los oficiales electorales para intentar resolver los incidentes en tiempo real y no retrasar el proceso.
Quienes no registraron este tipo de percances fueron los propios protagonistas de la jornada. La candidata demócrata, Hillary Clinton, votó en Chappaqua, en el estad de Nueva York, donde dijo que esperaba ganar. "Hay mucha gente involucrada en esto, y hay una gran responsabilidad en juego", añadió. Su contrincante republicano, el polémico Donald Trump, y su mujer Melania votaron en el Upper East Side, en el Colegio Público 59, donde el empresario dijo sentirse "genial".
Por su parte, el aspirante a la vicepresidencia de los demócratas, el senador Tim Kaine, y su mujer, Anne Holton, votaron en Richmond, Virginia, donde el compañero político de Clinton dijo "haber hecho todo lo posible". "Ahora la decisión está en manos de los votantes", señaló. Por su parte, su homólogo republicano, el gobernador de Indiana, Mike Pence, escoltado por su esposa, Karen y su hija Charlotte, depositó su voto en la Iglesia de Santo Tomás de Aquino en Indianápolis.