El líder socialista, Pedro Sánchez, prometió, antes de las elecciones, a los principales hombres de negocios del país que bajo ningún concepto pactaría con Podemos, ya que la formación de Pablo Iglesias no tenía nada que ver con el PSOE.
De hecho, Sánchez incluso llegó a tachar, sin complejos, a Podemos de "populista" delante de los primeros espadas empresariales. Sin embargo, tras los resultados electorales, el líder socialista comienza a olvidar estas palabras y baraja pactar con la formación de Iglesias en Madrid, Valencia y otros muchos puntos de España.
La decisión ya ha sido comentada por varios grandes empresarios en sus respectivos círculos y todos critican el chalaneo, aunque no pocos de ellos aseguran también que "lo esperaban".
Este acercamiento de Sánchez con Podemos se materializó ayer cuando mantuvo una conversación telefónica con el secretario general de la formación morada, Pablo Iglesias, en la que este último trasladó al socialista que su partido no tiene "ninguna voluntad de permitir que el PP gobierne en ninguna Comunidad Autónoma", si bien le ha avisado de que para "entenderse", tendrán dar "un giro".
En la conversación, que duró, según Iglesias, 15 minutos, el líder de Podemos aprovechó para comunicarle personalmente al secretario general de los socialistas las condiciones que su formación pone sobre la mesa para llegar a cualquier tipo de acuerdo: tener "tolerancia cero con la corrupción" e impulsar "medidas de rescate ciudadano".
Esta llamada telefónica se produjo después de que el líder socialista contactara con Iglesias la tarde del martes a través un mensaje de Whatsapp y una breve conversación telefónica, que se emplazaron a retomar el miércoles, como finalmente ocurrió.
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