El candidato del Partido Popular a la alcaldía de Madrid, José Luis Martínez Almeida, tiene previsto eliminar el protocolo que rige Madrid Central de forma "inmediata". Según fuentes populares consultadas por elEconomista, de cuajar los pactos en ciernes para recuperar el Ayuntamiento de la capital, que serán fruto del acuerdo entre el PP, Ciudadanos y Vox, la zona centro de Madrid abrirá sus puertas a los vehículos privados, los aparcamientos de la ciudad podrán acoger los automóviles sin necesidad de ser multados en el caso de no encontrar plaza en los mismos y, el control de visitas en vehículos de 20 personas al mes que, hasta ahora estaba permitida a los residentes empadronados en Madrid Central, formarán parte del olvido.
El candidato del Partido Popular a la alcaldía de Madrid, José Luis Martínez Almeida, tiene previsto eliminar este verano el protocolo que rige Madrid Central de forma "inmediata". Según fuentes populares consultadas por elEconomista, de cuajar los pactos en ciernes para recuperar el Ayuntamiento de la capital –que serán fruto del acuerdo entre el PP, Ciudadanos y Vox–, los parámetros que rigen el corazón de la villa y corte cambiarán, abriendo sus puertas a más vehículos, permitiendo que los aparcamientos de la ciudad puedan acoger los automóviles sin necesidad de ser multados en el caso de no encontrar plaza en los mismos y eliminando el actual control de las 20 visitas que están permitidas en vehículos a los residentes empadronados en esta zona.
La intención del futurible regidor de Madrid es "iniciar de inmediato los trámites administrativos para que la reversión de Madrid Central sea efectiva este verano".
Los populares esperan no tener muchos problemas a la hora de llegar a un acuerdo con Ciudadanos, el socio natural del consistorio madrileño –ya que no ve muy claro que Vox entre en el Ayuntamiento a estas alturas–, pese a que los de Begoña Villacís han remarcado que quizás habría que estudiar cómo acometer la iniciativa de revertir Madrid Central de manera total. Pero para el PP de Almeida esta medida es algo más que una promesa electoral. Ha sido una "bandera de la campaña" y por tanto es una cuestión "irrenunciable".
En respuesta a las numerosas críticas medioambientales que entonan los grupos de izquierda de la administración local madrileña –especialmente Más Madrid, con Manuela Carmena a la cabeza, artífice de la criatura– y de las dudas que plantean las ONG verdes, la formación que pilota José Luis Martínez Almeida explica que la normativa europea que obliga a la reducción de las emisiones en las grandes ciudades no se refiere a Madrid Central de manera explícita, si no a las ciudades en general, por lo que defiende que la actuación no se reduzca solo al distrito centro.
En el PP madrileño consideran que el proyecto estrella de Manuela Carmena ha colapsado la Gran Vía con autobuses y taxis, y para más inri ha aumentado la contaminación del perímetro de la zona, trasladándola a los bulevares, con el consiguiente caos de tráfico. El grupo político de Almeida constata que no solo no han bajado los índices de contaminación, sino que, como muestran las estaciones medidoras, 22 de las 24 que hay indican que estos índices han empeorado respecto a la media de los últimos ocho años.
Una solución integral
En contraposición a este proyecto, el plan integral de Almeida pasa por la edificación de aparcamientos disuasorios allí donde se origina el tráfico que suponen "los cientos de miles de vehículos que todos los días entran y salen de la periferia o de la M-30"; por políticas de ayudas –por valor de 40 millones de euros– para retirar las calderas de carbón y de gasóleo que todavía existen la ciudad; por ordenar el tráfico de un rincón a otro de Madrid; por un plan de 200 millones para incentivar la renovación de las flotas de vehículos, taxis y EMT, y por negociar con grandes empresas para que éstas incentiven la conciliación de horarios, la flexibilidad de los mismos y el teletrabajo a cambio de incentivos fiscales.
No obstante, el PP de José Luis Martínez Almeida confía en que los conductores evitarán cruzar la Gran Vía de forma habitual, dada la actual densidad de tráfico. Lo que no piensa hacer es revertir la imagen urbanística de esta arteria madrileña. "Las aceras no se tocarán. Bastante han sufrido los vecinos, aunque no compartamos cómo se han hecho las obras de Gran Vía", dicen.
El comercio será otro de los grandes beneficiados de una medida que de la que, se comenta, ha sido una de las causas de que Carmena no haya aglutinado la mayoría suficiente como para gobernar el Ayuntamiento de Madrid.
Los populares madrileños quieren revertir lo que se recoge en el último informe de la Plataforma de Afectados por Madrid Central.Según este documento, el 75 por ciento de los comercios del DistritoCentro se han visto afectados tanto en la bajada de visitas como de compradores. De estos, un 53 por ciento ha tenido que poner en marcha medidas de reducción de horario laboral o de despido, afectando al empleo de más del 50 por ciento de los establecimientos.
Hasta ahora, a Madrid Central acceden, sin ser penalizados, los residentes, personas con movilidad reducida, a los colegios y diferentes servicios. Ahora, en función del vehículo, pueden circular todos los vehículos con etiqueta ambiental 0 emisiones, pueden circular y estacionar en el SER sin restricción horaria y, los vehículos con etiqueta ECO pueden entrar y estacionar en el SER un máximo de 2 horas.