Elecciones Generales 26J

Un debate a cuatro con olor a 20D: lo imposible de formar Gobierno

  • Todos contra Rajoy, el mayor acuerdo del debate
  • El encuentro ha acabado sin un ganador claro

Especial Elecciones 26J. Pocas cosas han cambiado desde el último debate entre los cuatro partidos con mayor representación política. Aquél fue el 7 de diciembre de 2015, sin Mariano Rajoy, que a pesar de su ausencia fue uno de los grandes protagonistas de la noche, con permiso de 'House water watch cooper'. En éste sí han estado todos los que son. Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera han compartido más de 120 minutos de lucha en un fango ya conocido en busca de votos.

El sin Gobierno podría tener sus días contados, o esa es la idea que los cuatro -cinco si se cuenta con que IU esté representada por Podemos- han defendido esta noche a pesar de que llevan seis meses atascados sin lograrlo. En escasas dos semanas se celebra una nueva cita electoral pero ni PP ni PSOE ni Podemos ni Ciudadanos han cambiado sustancialmente las posturas del 20D: pactos insuficientes -el de PSOE y C's-, pactos rechazados -Podemos no aceptó sumarse al anterior- coaliciones imposibles -la propuesta alemana de PP- y mucho cruce de acusaciones y reparto de críticas en un Congreso nuevo -esto sí fue novedad- que pronto puede quedar viejo. Esa posición casi estática de los cuatro ha estado representada en este debate al presentar cada partido su programa político. ¿Ahora sí?

Mariano Rajoy, el más veterano pero nuevo en este ambiente a cuatro con las nuevas formaciones, es el rival teórico más fuerte y ese ha sido su papel. Todos los contrincantes del 'duelo' le han retado en diferentes temas, sobre todo por la corrupción. "Esos señores están todo el rato hablando de mí", dijo tras un 'ataque' múltiple. Pero el PP sigue respirando del aire que da ser número uno en las pasadas elecciones de diciembre y los barómetros, a pesar de que los números vayan restando y la izquierda unida amenace. Por eso, la propuesta de gran coalición con PSOE y Ciudadanos sigue siendo la única opción viable para los populares, en caso de que el 26 de junio el panorama sea similar al de la última cita electoral. Los logros conseguidos durante su mandato y el resurgimiento de mano de las políticas del PP de una España a la que el PSOE dejó "casi en la quiebra" han sido la base de apoyo de Rajoy. "Gobernar no es fácil", dijo Rajoy mientras defendía unas medidas criticadas por el resto de adversarios a los que incluso dio lecciones políticas. "Aquí se viene aprendido" ha dicho.

Pablo Iglesias, esta vez sin pifia que se lleve todas las miradas, también respira gracias a la coalición con la IU de Alberto Garzón. Con el escudo protector de Unidos Podemos y los buenos resultados que le auguran algunas encuestas a esa unión -hasta 172 diputados según el sondeo de El Periódico- el secretario general de Podemos es el principal rival del PP y sabiéndose en esa posición se ha defendido atacando las políticas del otro extremo. La posición de los atriles ha favorecido la confrontación 'directa' entre el de Podemos y Rajoy en una caza por el 32% de votos indecisos. Iglesias, en un tono calmado, ha intentado tender puentes con Pedro Sánchez en un intento de reflotar una relación que se truncó por el pacto con Ciudadanos. "Ojalá podamos gobernar en España con el PSOE" ha dicho en varias ocasiones a pesar de que desde el lado socialista no llegaban mensajes bonitos. "El adversario no soy yo, es Rajoy", susurró en alguna ocasión. | Los mejores memes del debate

Pero Pedro Sánchez no perdona el desplante. El secretario general del PSOE era quien tenía el atril más complicado y por eso el líder socialista ha protagonizado alguno de los momentos más broncos de un debate bastante calmado. Sánchez salía ante las cámaras con la responsabilidad de aprovechar el que puede ser el último altavoz que salve a un PSOE en sus horas más bajas de las encuestas pesimistas de intención de voto. Defendiendo el pacto que logró con Ciudadanos en su intento de investidura fallido, Sánchez ha mostrado su rechazo al Gobierno del PP, "hay que sacarlo", pero sobre todo ha hecho evidente su cabreo con Pablo Iglesias, a quien ha acusado de haber impedido un Gobierno progresista por "tender la mano a Rajoy" y ha criticado el querer "controlar a los espías", en referencia a la petición de sillones cuando ambos partidos valoraban un posible pacto de Gobierno. Ha sido el momento en que Sánchez ha hablado de las cuentas de Juan Carlos Monedero y de la beca de Íñigo Errejón durante el bloque en que los cuatro hablaban de corrupción el que ha evidenciado unas discrepancias serias que plantean que tras el 26J, el panorama no parece que vaya a ser mucho más prometedor.

Albert Rivera, aparentemente menos nervioso que en su primer debate cuatro de cara a unas generales, tenía que defender la posición comprometida de Ciudadanos: el partido naranja firmó el único pacto que salió adelante aunque no llegara a ningún sitio y se posicionó como el posible 'partido de Estado'. Pero Ciudadanos suena menos en las últimas semanas. Por eso, salvaguardando el polémico pacto con PSOE, ha protagonizado las peleas verbales más sonadas con Podemos pero también con el PP, arriesgando posibles futuros acuerdos necesarios pero colocando a Ciudadanos de nuevo en el partido del consenso. Bárcenas a Rajoy y Venezuela a Podemos, el de Ciudadanos ha llevado al debate los momentos más tensos.

Declarar un ganador de este debate puede ser tan complicado como formar un Gobierno. Programa, propuestas, promesas pero sobre todo desacuerdo y posiciones irreconciliables. Los cuatro han prometido luchar por un Gobierno pero no todos han aclarado con quién pactarán tras el 26J si se cumplen las encuestas y nadie consigue votos para gobernar en solitario. De momento, siguen los castillos en el aire.

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