
EN DIRECTO | Todo sobre las negociaciones | Rajoy podría estar viviendo sus últimos días en el Palacio de Moncloa. Movimientos políticos y empresariales trabajan con un escenario que evite a toda costa que PSOE y Podemos pacten y que sea el PP, o incluso el Partido Socialista, quienes gobiernen con el acuerdo del contrario. Eso sí, se piden cabezas. Y de la primera que se habla es de la Rajoy, aunque a Pedro Sánchez tampoco le abandonan las traiciones. Rivera se replantea su promesa: no descarta entrar en un gobierno
Mariano Rajoy ha cerrado este lunes la primera fase de las negociaciones. A primera hora mantenía un encuentro políticamente correcto con Pablo Iglesias, líder de Podemos, y a mediodía lo hacía con Albert Rivera, de Ciudadanos, la única fuerza política que de momento le ha garantizado la abstención.
A día de hoy, Rajoy, presidente en funciones, no cuenta con apoyos suficientes para formar Gobierno. Le faltan votos, y entre los nacionalistas los acuerdos con ellos se antojan complicados.
No es mucho más fácil la situación de Pedro Sánchez. Sus barones le han puesto deberes y le han dejado claro que un posible pacto con Podemos no puede conllevar la aceptación del referéndum en Cataluña. A Sánchez tampoco le salen la cuentas. En su caso necesitaría de más partidos interesados en sacar adelante su programa de Gobierno. Además, la división de la CUP de este domingo no es una buena noticia para Podemos.
En esten primer acto, Pablo Iglesias tildaba ayer de teatrero a Pedro Sánchez, de quien Podemos cree que finalmente llegará a un entendimiento con el Partido Popular, mientras por otra parte Génova 13 apela a los casos de Alemania y Francia para invocar a la Gran Coalición.
La encrucijada de Sánchez, segundo el 20D, y a 30 diputados de Mariano Rajoy, es paralizante. Los presidentes regionales no le quieren, su militancia observa con sigilo todos sus pasos, y Felipe González le pide prudencia y le aconseja que rehuya de coaliciones de izquierdas ante los temores de las grandes empresas, los bancos, los inversores. Cuestión de estado.
El paradójico aliado de Pedro Sánchez
Paradójicamente, el PP es quién más espera de Pedro Sánchez. De ahí los movimientos que confirman fuentes populares. Movimientos que irían por acercar posiciones para obtener a cambio la abstención del hombre que escapa de Susana Díaz y de las fechas de Congresos socialistas. Movimientos que pueden tener un alto precio para Rajoy, y que implicaría cambiar al candidato del PP por otro. Razón por la que el PSOE no aceptaría -a priori- ayudar a quien han tachado de "indecente" por sus casos de corrupción. Y eso tiene un coste. Y ahí es donde entran de nuevo las quinielas de líderes (Cospedal, Núñez Feijóo, Pablo Casado, Alfonso Alonso...) y también la renombrada Operación Soraya. La operación que tanto miedo, dicen, le da a José María Aznar.
Este domingo, desde las páginas sepias de El Mundo, se reproduce la inquietud que embarga al expresidente del Gobierno, quien asistió a la última gran cita de los populares en Génova, en la que salvo él y Núñez Feijóo, todo fueron parabienes y cero autocrítica para Rajoy. Aznar, recoge El Mundo, trató de frenar ese día la Operación Soraya. El expresidente está en contra de que el actual jefe del Ejecutivo en funciones coloque también a dedo a Soraya Sáenz de Santamaría como su sustituta. Por eso pidió un "Congreso abierto" mientras la expresidenta miraba para el lado contrario.
Aznar, insiste este diario, es de lo que considera que ni Rajoy ni Sáenz de Santamaría tienen la capacidad para abordar las fuertes reformas que el país necesita tanto en lo político como en lo económico.
Entretanto, Rajoy mantiene el silencio. Sus barones callan y no hay más voces que las de Moncloa y alguna tibia y moderada respuesta oficial del partido. Es -apostillan fuentes populares- el tiempo de las negociaciones y de los movimientos internos, conocedores de que Pedro Sánchez está en manos de Susana Díaz y de otros aspirantes a dirigir el Partido Socialista, y de que solo con el apoyo del PP, Sánchez puede convertirse en presidente del Gobierno. Porque esa es otra de las carambolas del destino y otro escenario: que el PP deje gobernar al PSOE a cambio de que Podemos no entré en ninguna de las cábalas, y gracias a la abstención del PP. Esta podría ser la Gran Coalición, de que la que apuntan fuentes del PP, forma parte del argumentario enviado a los altos cargos del PP, para que hagan una encendida defensa de sus virtudes, de manera que cualquier escenario está abierto. Además, Albert Rivera ya ha manifestado que estaría dispuesto a replantearse la promesa que hizo durante la campaña electoral de no entrar en un gobierno que no encabezara él, lo que podría ayudar tanto a un Gobierno como a otro, incluso a una Gran Coalición.