
Un partido que hasta hace un año era relativamente desconocido a escala nacional será ahora decisivo para formar la mayoría que regirá el país. Mientras se escrutaban los últimos votos, Albert Rivera admitió en Antena 3 TV su disposición a abstenerse para respaldar a Mariano Rajoy repitiendo como presidente. De esa forma, sus 40 escaños resultarán fundamentales en el baile de pactos que permitirá la gobernabilidad en España.
El Parlamento español será lo más parecido a un polvorín y Ciudadanos tiene en su mano la espoleta. Todas las miradas del PP apuntarán al grupo que preside Albert Rivera que, con más de 3,5 millones de votos, tiene motivos para celebrar su irrupción en el Congreso. Su nombre aparecerá en todos los pactos y su programa será moneda de cambio en las alianzas que van a formarse en los próximos días. De hecho, cualquier aspiración de Génova pasa por avanzar de la mano de la cuarta fuerza política del país. En un Congreso extraordinariamente fragmentado, C's será el clavo ardiendo al que se aferrará la derecha para hacer frente a la pujanza de una izquierda bipolarizada entre el PSOE y Podemos.
Por lo pronto, Rivera ha dejado muy claro que el nuevo centro político que representa "quiere más a España que a su propio partido". Semejante brindis al sol seguro fue balsámico en el partido más votado. "Somos la tercera vía para la gobernabilidad del país, el eje fundamental de la nueva transición para España", esgrimió Rivera, tras recalcar que su partido no aceptará "coaliciones con los separatistas". Eso sí, Rivera aseguró que sus pactos no se realizarán a cualquier precio. De hecho, hay varias líneas rojas que C?s no está dispuesto a cruzar. De hecho, le faltó tiempo a Rivera para reclamar la reforma urgente de la "injusta ley electoral", la misma que ha impedido a su partido obtener muchos más escaños de los logrados. "Queremos que todos los votos valgan igual", reclamó con el amargor de ver que sus electores valen la mitad que los del PP, PSOE y nacionalistas con el controvertido efecto del sistema de D'Hondt. "Porque ya estamos en el Congreso vamos a proponer una ponencia para una nueva ley electoral para el siglo XXI", apuntó Rivera.
El dirigente también abogó por un pacto nacional por la educación de todos los españoles, así como reformar el sistema laboral, "para que la gente tenga empleos y sueldos dignos". Además, C's luchará desde el primer día para que en España haya una "reforma de las instituciones, con una Justicia despolitizada".
Rivera se definió anoche como el candidato al que "le importa más su país que su partido", pero que también "ha jugado limpio y el que no ha caído en las descalificaciones y difamaciones de los rivales".
Como no podía ser de otra forma, la disposición al diálogo de C's descansa sobre la mesa. "A nosotros no se nos caen los anillos por hablar con quienes piensan distinto". Así, recordó que desde los extremos será muy complicado que algunos organicen este nuevo Parlamento. "Desde el centro será fácil dialogar con los que no piensan como nosotros, pero siempre que defiendan la legalidad vigente, la democracia, la constitución, la unión de todos los españoles, las libertades y la igualdad", dijo.
Las cábalas están abiertas. La suma de 163 escaños procedentes de los 123 parlamentarios de PP y los 40 de Ciudadanos supera levemente los 159 del PSOE (90) con Podemos y sus diversas marcas (69). Ante semejante igualdad, también se presumen fundamentales las adhesiones o disensiones de los nacionalistas de Democracia i Llibertat (DL), con 8 escaños, y EAJ-PNV, con 6 diputados. Pero precisamente en el debate independentista es donde C?s hará valer su cualificada representación para defender su ideario de unidad nacional.
Junto con el fenómeno Podemos, C's puede atribuirse el mérito de haber cambiado la historia en España. El bipartidismo ha saltado por los aires y el diálogo a tres o cuatro bandas se convertirá en rutina en el Palacio del Congreso. "La vieja derecha ha perdido uno de cada tres votantes y la vieja izquierda ha perdido uno de cada cuatro, por lo que el centro político será fundamental en la nueva transición democrática", indicó Rivera en su primera intervención, una vez escrutado el 99 por ciento del censo.
Pese al clima de euforia de C's, el recuento de los votos de las elecciones más reñidas de la historia desinfló los casi medio centenar de escaños que inicialmente otorgaban a C's los sondeos a pie de urnas y también dejaba en mal lugar las estimaciones del CIS. A la hora de la verdad, no fueron tantos los seguidores del PP y PSOE que cambiaron el color de su voto respecto a lo indicado en los sondeos. Eso no impidió a Rivera anunciar que España abre "una nueva etapa de esperanza e ilusión" tras proclamar: "Basta ya de rojos y de azules".