"Pedro, para algo te has traído la navaja a la pelea". Y Pedro dibujó puñaladas traperas. "Mariano, muéstrale al mundo que también tienes corazón". Y Mariano puso el pecho a las balas. EN DIRECTO | La campaña de las elecciones generales. Especial 20D.
Con las botas hundidas en el barro, en la esquina más gang de la política española, frente a millones de viandantes que deambulaban hastiados por el último lunes del prime time electoral pero sin más compañía que la de un bigote sempiterno con aspecto de árbitro conciliador de los 80, Pedro y Mariano, Mariano y Pedro, batieron un duelo feo y trabado. Hoy todo el mundo habla de los insultos, de los nervios, por perdidos, y de un pasado que siempre, siempre, fue peor. Por pasado.
Entre bostezos y memes tuiteros tan rápidos como lento se hizo el tiempo cuando se debate con estilo noventero, dos espectadores (tal vez solo ellos dos) celebraban cada uno de los enganchones de los contendientes con sonrisa pícara y satisfecha. Durante dos largas horas de 'ruines' y 55.000 millones de 'señores Rajoy' después, Pablo y Albert retozaban disfrazados de analistas políticos en el postdebate, tan importante o más que el propio debate en sí. Guiño, guiño, codazo. Nosotros nunca hubiésemos debatido de una manera tan burda. Somos mucho más limpios, educados y olemos mejor.
El mismo día que Ada Colau llamaba "criminales" (con razón o sin ella) a PP y PSOE a pocos cientos de kilómetros del lugar de los hechos. Nueva política. Tengan ustedes cuidado, porque viven un momento histórico hasta cuando le quitan el envoltorio a la magdalena del desayuno.
En cuanto al cara a cara, nada nuevo bajo el sol. Rescate sí, rescate no, que nunca te decides. Desdenes de Rajoy porque es España en serio y él ha sido concejal y de todo y todos los demás no. Sánchez haciendo de Sánchez, con esa tristeza de líder desautorizado que tiene que empastar la voz a cada frase para demostrarle a los cuatro vientos que nunca volverá a pasar hambre. Y tu más, herencias recibidas, del 8 al 11, 'paraos', 'aliaos', 'refugiaos', 'Otán', y así hasta llegar al sketch del presidente indecente. Es usted un ruin, un zafio, y un miserable. Y va a perder las elecciones. A ver si levantamos un poco esto, que Campo Vidal se está quedando pajarito.
Se habló de economía y de recuperación, se sacaron a la palestra datos deliberadamente falsos para justificarlo y también se quiso "triplicar" el presupuesto en Educación. Sí, triplicar. No vaya a ser. Triplicando que es gerundio. Se mentó a Bárcenas unas cuantas veces y Rajoy llamó antiguo a su rival. No se habló de Sanidad. No se pronunciaron las palabras "intervención terrestre en Siria". No se habló del 135. Cataluña bien, gracias. El 'yihaidismo' (Campo dixit) es muy feo y muy malo y en esto no nos vamos a insultar. Y así.
En una galaxia paralela, Sánchez arrasó y Rajoy también, según sensibilidad de grupo mediático. Un par de portadas de papel para cada uno. Hundidos en lo más profundo del barro, sonreían. En la distancia, la vicepresidenta apagaba la televisión, suspiraba, y se metía en la cama. En Doñana, por ejemplo. Tranquilos, que solo quedan seis días. Palabra.
Sánchez no se arrepiente de su debate
