Elecciones Generales 20D

¿Qué le pasa a Rajoy esta semana que ahora invita a Rivera y a Iglesias?

Rivera, Rajoy e Iglesias. Imágenes: EFE

En una semana convulsa para el Gobierno por el penúltimo desafío del soberanismo catalán, el jefe del Ejecutivo en funciones ha acudido a una entrevista medio enlatada a TVE, ha leído una declaración institucional -cuestionada por electoralismo y por la demora de la misma-, ha hablado con Pedro Sánchez -a instancias de éste último y se ha reunido con él y, finalmente ha llamado a Albert Rivera y algo más tarde a Pablo Iglesias para invitarles a una reunión que tendrá lugar este viernes en Moncloa. 

Algo está pasando en la agenda de Rajoy poco dada a las apariciones públicas y a los encuentros publicados con diferentes líderes políticos, especialmente concentrados en poco tiempo. Santamaría llama al resto de fuerzas políticas.

Este lunes, le confesaba a Ana Blanco en la 1, que últimamente se estaba prodigando ante los medios, y que en cuestión de semanas había concedido tres entrevistas (además de esta, la que dió a Antena 3 y antes la que concedió a Alsina en Onda Cero).

Empujado por los malos datos de las encuestas -ninguna le otorga la mayoría suficiente para gobernar en solitario-, y por la nueva maquinaria electoral del presidente, que se ha empeñado en quitarle la caspa a su líder y en sacarlo a la calle para resultar más humano y más cercano a sus votantes, Rajoy respondía a la resolución de inicio de la republica catalana de Junts pel Sí y la CUP con un comunicado. El presidente del Gobierno apenas repetía el discurso del cumplimiento de la ley, que ha sido el mensaje que le ha acompañado siempre que le han preguntado por ello.

Pero este miércoles ha habido un giro en su actitud. Una vez digerido por parte del PP el descubrimiento público de que la primera llamada entre los dos principales líderes fue pivotada por Pedro Sánchez y no por el propio Rajoy, Moncloa tuvo la iniciativa de invitar a almorzaral máximo dirigente de los socialistas en el Palacio de Moncloa, y departir, con foto incluida, sobre la soberanía nacional y el problema inmediato que han planteado al Estado Junts pel Sí y la CUP, en un momento en el que las Cortes han quedado disueltas. Rajoy y Sánchez, por una actuación conjunta.

Encuentro con los emergentes

Horas más tarde de este encuentro, trascendía otro acercamiento. En este caso el de Rajoy con Albert Rivera. El presidente del Gobierno llamaba por teléfono a uno de los líderes de las dos formaciones emergentes, a las que hasta hace poco ignoraba, llamaba frikis, y en el caso de Ciudadanos, calificaba de naranjitos con la finalidad de menospreciar la calidad de este partido. El encuentro de este viernes a mediodía es la continuación de dos llamadas previas entre las cuales Rajoy contó a Rivera qué pensaba anunciar en su declaración institucional, algo que ya aclaró Albert Rivera, y que según su testimonio se redujo a trasmitir la "garantía del cumplimiento de la ley".

Por cierto que,  Albert Rivera, ha defendido este jueves un diálogo entre todas las fuerzas políticas que defienden "la unión de todos los españoles", pero a renglón seguido ha añadido que para eso partidos como Podemos deberían "pronunciarse claramente" sobre cuál es su postura.

La llamada del presidente del Gobierno a Pablo Iglesias, líder de Podemos, es la más insólita de todas las llamadas. Distanciado de Pedro Sánchez, apartado machaconamente de Rivera, quizás por estrategía, quizás por ignorancia, la realizada a Iglesias se escapa de la lógica den los populares, obstinados en pedirle al jefe de la formación morada que rectificase y aclarase cuál es su posición con respecto a la unidad de España. Pero la convocatoria llegó. e Iglesias ha reaccionado con entusiasmo y con ganas de comunicarle al presidente su idea de estado plurinacional donde tambien cabe la nación catalana.

De repente, en menos de cinco días, la situación catalana ha provocado en Rajoy un cambio de estrategia que difiere de los cuatro años de Gobierno en los que ha evitado reunirse con otros líderes al tiempo que se ha celebrado una consulta sui generis en Cataluña, y las elecciones autonómicas han sido interpretadas por los soberanistas en clave plebiscitarias. Este viernes, además, será el día de las fotos, unas imágenes por las que nadie daba un duro, y que seguro tendrán un coste para unos y una premio para otros. Habrá que ver hacia dónde se inclina la balanza. ¿Podría invitar a Artur Mas?

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