
"En una campaña electoral no vale todo. Se puede hacer de todo, pero luego la factura suele ser bastante cara". Ataques, desprestigio, manipulaciones, carteles sensacionalistas... Son sólo algunos de los ejemplos que nuestros políticos han utilizado durante la campaña electoral.
"Los ciudadanos desean que las campañas sean tranquilas, de programa, que les cuenten qué van a hacer para solventar sus problemas, para salir de la crisis, para abaratar los precios, para poder vivir tranquilos", explica Jorge Santiago Barnés, coordinador del libro 'Gestión actual del consultor político' de LID Editoriales.
"Los ciudadanos quieren que les cuenten qué están haciendo para disminuir la delincuencia, para ayudar a quienes no tienen hogar, a quienes han perdido su puesto de trabajo, a su hijo porque ha tenido que emigrar para trabajar", aconseja el asesor político que ha participado en el diseño de campañas electorales a nivel local e internacional.
Un buen ejemplo del desprestigio al que se ha visto sometida la campaña electoral del 22-M ha sido el protagonizado entre los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP) y Tomás Gómez (PSOE).
El intercambio de carteles ha sido constante. El candidato socialista desplegaba en la sede socialista de Callao varios carteles con mensajes como "Invictus. A su lado todo es posible", "Adiós condesa. Próximamente en el Gobierno de Madrid" y "Go up". Por su parte la presidenta de la Comunidad de Madrid desplegaba un cartel donde 'atacaba' al socialista con querer crear "5 millones de parados" como ha hecho el Gobierno.
"Las campañas negativas y de desprestigio no gustan a la gente y siempre tienen consecuencias electorales. Quien agrade verbalmente refleja su propia personalidad y la escasez de cintura, preparación, formación y talla como para presentar su proyecto si pensar en los demás. Es una muestra de debilidad personal y de deficiencia de partido", apunta el experto. "La gente no quiere débiles, sino personas comprometidas en ayudar a la comunidad: ese es un político".
El papel de las redes sociales
Las webs, Facebook y Twitter han sido los canales principales utilizados para dar a conocer los mensajes de los diferentes candidatos a las elecciones autonómicas y municipales. "Las redes sociales son herramientas que deben ser empleadas por los dirigentes políticos en sus campañas electorales, bajo la supervisión continua de especialistas en comunicación, bajo una actualización permanente de sus con tenidos y tras haber realizado un estudio o investigación que nos indique los perfiles de usuarios o consumidores que tendremos en esas redes sociales", explica Santiago Barnés.
El manejo de esta herramienta es muy peligrosa ya que las reacciones en la red se producen de manera instantánea. "Un candidato político puede ganar en la actualidad unas elecciones sin el uso y manejo de las redes sociales, pero un uso las redes sociales mal empleadas, mal usadas o equivocadamente entendidas pueden hacer caer una campaña electoral".
La investigación previa antes de iniciar la campaña es primordial para central los esfuerzos en el objetivo a lograr. "Es indispensable ya que puede hacer perder tiempo, dinero y energías en un esfuerzo estéril e inútil que apenas tiene repercusión electoral". "Tan solo cuando se sabe a ciencia cierta el número de usuarios que tendremos, el perfil de esos usuarios, su edad, preferencias, afiliación, etc, podremos comenzar a elaborar un mensaje políticamente adecuado para ellos", explica.