
"La historia demuestra que los debates son decisivos. Los indecisos ganan las elecciones". Es una máxima que defienden los expertos en comunicación política que insisten en que los 90 minutos del cara a cara televisivo que se celebra esta noche entre el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el popular,Mariano Rajoy, serán decisivos en la batalla por quienes no han decidido su voto, pese a la supremacía absoluta que las encuestas otorgan al PP.
Sin embargo, advierten de que dar la vuelta a los pronósticos es casi unamisión imposible porque sondeos como el CIS apuntan a una diferencia de voto demásde 16 puntos y los estudios realizados sobre este asunto arrojan que un debate puede variar los resultados entre uno y cinco, no más.De manera que Rajoy tiene mucho más que ganar y que perder en el único choque dialéctico de esta campaña electoral. Lo que se juega es el margen de victoria o de derrota, aseguran.
Los analistas políticos no tienen problema en mojarse a la hora de responder a la pregunta del millón: quién se impondrá esta noche. "Rajoy ganará, pero por poco gracias al contenido", pronostica Joaquín del Moral, director de la consultora Oerreeme. "En un día normal ganaría Rubalcaba, pero si Rajoy esta sembrado, le barre...", apuestaCarmen Thous, profesora de Comunicación Política de la Universidad Complutense.
"El formato se acomoda más a Rubalcaba, que debería imponerse y parte como favorito, pero si no se cometen errores no hay un claro ganador", disiente Jordi Rodríguez-Virgili, subdirector del Máster de Comunicación Política de la Universidad deNavarra.
A partir de este pronóstico, los analistas coinciden en que, con la preparación a la que se someten los candidatos para la cita, hay poco margen para lo inesperado "aunque no descartan cien por cien que uno de los dos sorprenda con un anuncio de calado". Pero también advierten de que elmenor desliz puede ser decisivo ya que no hay segunda vuelta. "Se juegan todo a un debate, no como en 2008, y no pueden salirse del guión". Insisten en que será determinante la parte formal en un momento de crisis como el actual y en que la imagen no dejará de ser anecdótica porque los dos son de sobra conocidos.
Su Talón de Aquiles...
Sin los paños calientes que pueden usar los equipos de Ferraz y Génova con sus jefes, los analistas hacen sus recomendaciones. A Rubalcaba le aconsejan que mida
su humildad, su prepotencia e incluso su ironía fina. Que evite ser incisivo porque va por detrás en las encuestas. Le advierten de que es fundamental que opte por un semblante gris y evite un cabreo que le restaría votos. "La agresividad y lo cuacidad puede jugar en su contra. Tiene que mantener un estilo moderado", alerta DelMoral que le recuerda también que su aparente superioridad en oratoria puede jugar en su contra si se confía.
Además, todos ponen el acento en el que será el Talón de Aquiles del ex vicepresidente: su pasado reciente. Sin embargo, Thous le resta importancia a este punto al asegurar que Rubalcaba domina "la técnica en comunicación que hace que el político coloque por encima de todo su argumentario: respuesta breve, diana y mensaje clave".
A Rajoy, por su parte, le sugieren todos que no arriesgue lo más mínimo, que mantenga un discurso moderado y que lleve todo preparado porque, sin imprevistos, se mueve como pez en el agua. Thous le advierte también de que deje en casa su ironía porque frente al uso que hace de ésta el socialista, el líder del PP suele dejarla en el aire y "no se le entiende". Además, advierten al líder de Génova que evite recurrir a ejemplos como el de la niña, que le marcaron en 2008.
...y sus grandes virtudes
Tampoco dudan en poner en valor cuáles son las virtudes de los candidatos que se tienen que esmerar por explotar en una noche como ésta. La gran fortaleza de Rubalcaba, coinciden, pasa porque transmite confianza y seguridad en su reciente experiencia en el Gobierno.
"Su mensaje es directo, concreto y claro", apunta Virgili. A Rajoy le recomiendan sacar partido a su discurso de centro y su imagen amable para nomovilizar a la izquierda y utilizar "la importancia de su mensaje, la esperanza del contenido que transmita", recuerda Thous. DelMoral destaca la progresión de Rajoy desde que se midió al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. Además recuerdan que aunque los dos son muy buenos oradores parlamentarios, Rajoy parte con ventaja porque ya vivió dos cara a cara en 2008 y Rubalcaba se estrena en este formato.
Entre las advertencias comunes, todos coinciden en asegurar que no es momento para las sonrisas que molestan en las circunstancias económicas actuales. Sí es momento para la empatía en la que DelMoral ve empatados a los dos grandes líderes del país.
DelMoral descarta igualmente la idoneidad de los gráficos en los dos lados de la mesa. A Rajoy, reconocen, le descentraron mucho hace tres años y ahora podría volver a ocurrirle. Además, consideran que dada la evolución de la crisis cualquier gráfico podría jugar contra de Rubalcaba.
En cuanto a la imagen propiamente dicha, creen que a Rubalcaba le beneficia estar sentado porque Rajoy se impone en porte, pero insisten en que siendo políticos familiares para el ciudadano y ambos conservadores en el vestir, lo físico pasa a un segundo plano. Aseguran que a nadie le preocupan las cuestiones estéticas que más allá del traje o del color de la corbata tengan que ver con sus barbas, el pelo o los tics. En un concepto de imagen entendido en sentido más amplio, Thous apunta a que Rubalcaba gana en imagen porque engancha, pero recuerda que lo que se compra después en el producto.
¿Y el día después?
Los expertos tienen claro qué inclinará la balanza mañana. Virgili reconoce la importancia de los medios de comunicación ante el postdebate y apunta a un nuevo fenómeno que será clave en el transcurso del choque dialéctico: la aparición de las redes sociales y, en especial, de twitter como nuevos creadores de opinión. DelMoral advierte de la importancia de analizar si en las dos autonomías clave, Andalucía y Cataluña, se engancharon muchos ciudadanos al debate. A su entender, si la audiencia en estas regiones está por encima de la media nacional, los datos favorecerán a un PP que obtendría "de calle" la mayoría absoluta.