
El presidente del Congreso, José Bono, que ya declaró que no seguiría en la primera línea de la política tras las próximas elecciones generales del 20 de noviembre, ha confesado en privado a varias personas de su entorno que le gustaría recibir el nombramiento de Defensor del Pueblo.
Bono, que considera "un sueño dorado" ocupar dicho cargo en el Palacio de los marqueses de Bermejillo del Rey, ha hecho llegar este mensaje a los populares al confesarlo en presencia de la portavoz del PP, Soraya Saénz de Santamaría, tal y como informa El Confidencial Digital.
Además, también ha admitido que no le importaría ocupar el cargo de embajador de España ante el Vaticano, dada su religión católica y sus buenas relaciones con el cardenal Cañizares.
No sería la primera vez que los populares nombraran a alguien del PSOE para el puesto de Defensor del Pueblo. Durante el Gobierno de José María Aznar, fue nombrado como tal Enrique Múgica, dirigente del PSOE muy crítico con su partido.