
Un vez más, gran parte del mundo conmemorará hoy el Día Internacional de la Mujer. Lo hará con la satisfacción de algunos importantes éxitos alcanzados en el último año como fue, en el caso español, el impulso a una ley específica para combatir el problema de las diferencias salariales injustificadas entre varones y féminas en una misma empresa (la llamada brecha salarial).
Pero lo cierto es que aún quedan múltiples asignaturas pendientes, como es el derrumbe de las barreras que impiden el acceso de las mujeres a los puestos directivos, o la discriminación que la maternidad todavía supone para la carrera personal de millones de ellas.
Urge continuar la lucha hasta erradicar estas disfunciones carentes de toda lógica desde el punto de vista económico y, sobre todo, ético.