La banca obtiene su mejor resultado en nueve años en España, con ganancias de 12.380 millones, el doble que en 2016. La caída de las provisiones y el aumento de los ingresos por comisiones son factores clave de este buen desempeño, que sitúa la rentabilidad del sector en el 6%, aún lejos del 10% que el mercado exige.
No obstante, esta buena evolución junto a los esfuerzos que las entidades han realizado para limpiar sus balances y la drástica reducción de sus estructuras, podría llevar al sector a caer en la complacencia.
Sería un grave error. Máxime si se tiene en cuenta el recorte en las estimaciones de beneficio para este año fruto del retraso en la subida de tipos, lo que impedirá que los márgenes del negocio se recuperen.
