
El 70% de las operaciones financieras del mercado de EEUU se debe a programas informáticos. Su crecimiento es vertiginoso desde 2004 y todo apunta a que la tendencia seguirá. Es una buena evolución considerando las ventajas de los algoritmos como la rapidez, la eliminación de errores en las decisiones y el abaratamiento de la operativa financiera.
Pero el rápido avance de los brókeres electrónicos deja obsoletos los controles que la SEC estadounidense y otras autoridades crearon para racionalizar su comportamiento, y paliar los estragos que las ventas masivas indiscriminadas de activos provocan en cuestión de segundos. La facilidad con la que la volatilidad aún domina al mercado, como se vio en febrero, demuestra que hacen falta mejoras en este sentido.