Santander solicitará, por segundo año, devoluciones a Hacienda, ligadas a las pérdidas del Popular. Es previsible que la cuantía que la entidad cántabra reciba ahora sea más cuantiosa (hasta 1.000 millones). No hay razón para ver en este desembolso una ayuda pública o una especie de garantía contra pérdidas, como las que se utilizaron en los rescates de las cajas de ahorros.
Simplemente, la entidad hace uso de las posibilidades que le ofrecen las fuertes pérdidas registradas por Popular en 2016 y 2017, según lo previsto en la Ley del Impuesto de Sociedades. Es justo que Santander recurra a esa compensación, tras el esfuerzo que le supuso su propia ampliación de capital de 7.000 millones, y que Hacienda siga sin poner trabas a esa petición.
