Telefónica es consciente de que el valor de una compañía de telefonía móvil está relacionado con la calidad y cantidad de frecuencias que posea. En este contexto se encuadra la inversión de 600 millones para hacerse con los mayores bloques del espectro de 4G y 5G que acaba de repartir Reino Unido. La adquisición de un total de 80 MHz pone en valor su filial británica O2 con vistas a una posible salida a bolsa o, si surgiera la ocasión, una eventual venta.
Cualquiera de las dos soluciones es fundamental para que la operadora española reduzca su todavía elevado endeudamiento y recupere el beneplácito de los inversores. O2 es la clave de la reducción del pasivo, por lo que la compra de nuevas frecuencias constituye una estrategia acertada que eleva el atractivo de la filial.