Editoriales

Protección que el Mobile necesita

Barcelona se prepara para vivir, desde el lunes, una edición del Mobile World Congress (MWC) en condiciones inusuales. Cataluña no tiene aún un Gobierno formado y su autonomía está intervenida, en virtud del artículo 155. Se trata de un clima idóneo para que se produzcan manifestaciones políticas que quieran aprovechar el escaparate que brinda la feria más importante del mundo de las telecomunicaciones, pese a los perjuicios que esa instrumentalización del MWC supondría.

Organizaciones como Societat Civil Catalana muestran responsabilidad al desconvocar las movilizaciones que tenían previstas para esos días. Con todo, existe una preocupación comprensible ante la posibilidad de que grupos radicales, varios de ellos vinculados a la CUP, cumplan sus amenazas de impulsar actos intolerables, como un posible escrache al Rey a su llegada a Barcelona este domingo.

Por ello, resulta tranquilizador que todas las instituciones, desde el Gobierno central al Ayuntamiento de la Ciudad Condal, hagan suyo el objetivo de que el Mobile tenga un desarrollo tranquilo. Los graves acontecimientos que Cataluña vivió en octubre no lograron abortar la edición 2018 del MWC en Barcelona (debido al alto coste que habría supuesto improvisar un traslado). Los preparativos para volver a acoger la feria en 2019 ya están en marcha, pero, a partir de ese año, todo se presenta abierto.

Aunque existe un contrato que liga la celebración del acontecimiento a Barcelona hasta 2023, el organizador (GSMA) se reserva el derecho a trasladar la feria antes de ese ejercicio si la ciudad no ofrece un entorno "estable y seguro". Resulta crucial que la Ciudad Condal ofrezca la mayor protección posible al MWC y demuestre que se halla a la altura de sus exigencias.

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