Editoriales

Los efectos de la arbitrariedad de Mas

Imagen de EFE

El Supremo avala la invalidación que el Tribunal Superior de Cataluña hizo de la adjudicación de Aigües Ter-Llobregat (ATLL) a una sociedad encabezada por Acciona. Queda así aún más en evidencia la privatización que el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, impulsó en 2013.

Se sirvió de ATLL con objeto de improvisar una operación con la que pretendía reducir el abultado déficit del Govern, para lo que recurrió a una adjudicación en la que no se procedió en la forma adecuada.

Ahora, las arbitrarias acciones de Mas dejan como herencia un perjuicio todavía por determinar que se derivará de la compensación que Acciona puede reclamar y su impacto en el recibo del agua de Cataluña.

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