Editoriales

Los salarios, todavía estancados

El esfuerzo económico promedio que los hogares españoles hacen para comprar una vivienda se situó, durante el tercer trimestre del año pasado, en el equivalente a 7,1 años de toda su renta bruta anual. Se trata de un nivel muy alto, cercano a los 9 años de renta acumulada propios de la época precrisis, lo que provoca alarma entre los expertos. Pero lo que preocupa no es otro boom inmobiliario.

Sin duda, el sector inmobiliario se encuentra en plena recuperación y sus precios suben a un ritmo, 11% en 2017, que se asemeja a la etapa anterior a la crisis. Ahora bien, su valor promedio es todavía un 45% inferior al que alcanzaron en el momento cumbre de la pasada burbuja.

En realidad, el mayor esfuerzo de los hogares para comprar una casa debe mucho a la todavía precaria evolución que presentan los sueldos en nuestro país. Tal y como el INE puso de manifiesto la semana pasada, la caída acumulada de los salarios, entre 2008 y 2015 (un año este último de franca recuperación económica) se situó en el 12%. Y esa retracción apenas se ha revertido en los ejercicios posteriores, debido al auge que experimentan tanto el empleo temporal como el que se ejerce a tiempo parcial.

Es cierto que el Ministerio de Fomento no se ha quedado de brazos cruzados ante esta dispar evolución de los salarios y el inmobiliario. De hecho, el Plan de Vivienda que presentó hace menos de siete días en el Congreso, contempla nuevas ayudas para el alquiler y la compra. Pero la situación se corregirá sólo cuando los salarios experimenten unas alzas que, sin perjudicar las ganancias de competitividad de los últimos años, sean más acordes con la actual situación económica.

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