
La ambigüedad caracteriza la posición de ERC respecto a Carles Puigdemont. Muchas personalidades de ese partido combinan el discurso sobre la "legitimidad" de Puigdemont con acciones que lo marginan (como retrasar sine die la convocatoria de su debate de investidura). El diputado Joan Tardá, por el contrario, se sitúa en elEconomista en las antípodas de toda ambivalencia.
Tardá ya no tiene nada que demostrar en cuanto a la solidez de su independentismo (afirma que "quien cree que el procés ha muerto no entiende nada") y, por ello, asegura sin tapujos que "Puigdemont no es imprescindible". Su contundencia debe ser bienvenida ya que transmite con claridad a Puigdemont la fuerte molestia que el expresident ya provoca en una parte del secesionismo.