
La bolsa española se prepara para vivir un acontecimiento en 2018: el regreso de Metrovacesa. También se espera que debute Vía Célere, con lo que es previsible que el valor bursátil total del inmobiliario alcance los 6.000 millones. No es casual que el sector exhiba ahora músculo. Las OPV de Neinor y Aedas en 2017 allanaron un camino que sigue abierto gracias a que el ladrillo español atrae el apetito de los inversores internacionales.
El inmobiliario se muestra como una actividad que, por fin, deja atrás la crisis creciendo con fuerza pero sin excesos (las 80.000 nuevas viviendas construidas están lejos de las 350.000 de la burbuja). Sobre esta base, es razonable que el sector recupere el rol que merece en la bolsa y en el conjunto de la economía.