
Fomento desbloquea en solo un año obras del AVE abandonadas por disputas con las firmas contratistas. Consigue con ello liberar el elevado potencial que la alta velocidad atesora para fomentar el crecimiento de las regiones en las que está presente. El esfuerzo negociador del ministro Íñigo de la Serna contrasta con el parón que el AVE sufrió durante la crisis.
En ese tiempo, los proyectos inconclusos implicaron elevados pagos por mantenimiento, destinados a infraestructuras empantanadas. De ahí que el nuevo impulso que el AVE recibe sea una buena noticia. Terminar las obras ya iniciadas es la única forma de acabar con costes que los trabajos paralizados generan y de evitar que inversiones ya comprometidas (900 millones) no tengan rendimiento.