
El creciente interés de los ahorradores hacia los ETFs hace que las gestoras españolas inviertan cada vez más en este producto, que replica índices bursátiles. En concreto, las diez mayores firmas nacionales aumentan su posición en ETFs un 34%. El alza indica que las gestoras se anticipan a la entrada en vigor de la directiva Mifid II, que fomenta la diversificación de la oferta de productos que se presenta al cliente.
Con todo, el inversor no podrá sacar todo su potencial de este producto hasta que termine el injusto trato fiscal al que se somete en España. Los traspasos entre ETFs siguen penalizados desde el punto de vista tributario, lo que no ocurre con los fondos tradicionales. Esa discriminación es una asignatura pendiente que debe corregirse.