
El Corte Inglés da un fuerte impulso a su proceso de digitalización en el exterior. Así, la firma que inició la venta a través de internet en 1999 en España y Portugal y que en 2014 entró con su web en Reino Unido, Irlanda y Holanda, extiende el servicio a todo el mundo. Pero la empresa no se conforma solo con estar presente en todos los países, sino que también remodela su tienda online con la intención de que la experiencia de compra sea similar en los locales físicos y en el entorno digital.
Con ello demuestra que la omnicanalidad (enlazar la tienda tradicional con los canales electrónicos) sigue siendo el gran reto al que la empresa se enfrenta. Sin duda, la buena marcha del negocio digital de la compañía, que crece un 60% en pedidos en el último año, anima a El Corte Inglés a llegar a todos los países con su servicio en internet. Esta estrategia tiene indudables ventajas, ya que da a conocer la marca sin necesidad de realizar cuantiosas inversiones en abrir locales.
También refleja que la entidad es consciente de que la transformación digital es ineludible para el comercio tradicional. Con todo, la empresa aún está lejos de poder medirse a nivel internacional a los grandes dominadores del comercio electrónico. El Corte Inglés realiza su actividad digital desde la matriz española con los recursos logísticos y operativos propios, aunque contará con el apoyo de los principales operadores internacionales de transporte.
Esta estrategia le permitirá que los plazos de entrega sean de siete días en la Unión Europea y de 10 en el resto del mundo, superiores sin duda a los que otros operadores ofrecen. Se demuestra con ello que El Corte Inglés aún está dando sus primeros pasos en su asalto digital.