
El sector público español va camino de hacer historia este año, gracias a que municipios y autonomías arrojarán su primer superávit conjunto en 10 años. El hito se debe a que los ayuntamientos mantienen su comportamiento modélico, mientras las autonomías se apuntarán un leve déficit del 0,6%. Son resultados que deben aplaudirse pero sin caer en la complacencia.
El buen desempeño de los Gobiernos regionales debe mucho a los controles de Hacienda y a las cuantiosas liquidaciones actuales del sistema de financiación. Por otro lado, persiste el déficit de la Seguridad Social y el Estado empieza a presentar desviaciones marcadas. Son todos argumentos que instan a mantener el control sobre la evolución del gasto público en conjunto.