
Es bien conocida la importancia del Corredor Mediterráneo para España al convertir su costa (desde Andalucía a Francia) en la principal entrada a la UE de mercancías marítimas. Ahora bien, su alcance es más profundo. La Unión asume como una meta clave hasta 2030 potenciar el transporte ferroviario para solucionar el problema de la congestión de carreteras e impulsar la eficiencia logística europea.
España tiene un muy largo camino que recorrer a este respecto, ya que mueve sobre raíles solo el 5% del total de mercancía transportada a Europa, frente a la media del 27% que la UE propugna. Urge cerrar esa brecha, por lo que debe valorarse el compromiso contraído por Fomento de garantizar toda la financiación pendiente de este proyecto.