
Los fondos Aberdeen, DIF y Meridiam ultiman consorcios con las constructoras para pujar por los proyectos que se licitarán en el nuevo Plan de Carreteras. Anunciado en julio, está dotado con 5.000 millones que desarrollarán 20 corredores con 2.000 kilómetros de vía. Con este proyecto, además, el Gobierno recupera un modelo de financiación público-privado.
Una fórmula que, en principio, fue recibida con tibieza por las constructoras, que solicitan un modelo estable al margen de vaivenes políticos. A pesar de ello, el elevado interés de los fondos y, finalmente, de las propias empresas supone un respaldo clave. Se trata, sin duda, de una buena noticia, ya que el plan impulsará el desarrollo de infraestructuras, tras los años de parón provocados por la crisis.