
En los últimos 20 años, Gestamp ha multiplicado por 21 su beneficio bruto. Este desempeño se ha logrado al más puro estilo de la empresa familiar. Es decir, con crecimiento orgánico y huyendo de las compras. Nadie puede igualar ese incremento. Ni siquiera Inditex se acerca, ya que su alza del ebitda desde 1998 ha sido de 17 veces.
A pesar de ello, el devenir en bolsa del fabricante de componentes de automoción decepciona. Más aún tras anunciar la firma un recorte de las estimaciones. Para recuperar la confianza de los inversores, Gestamp no necesita reinventarse. Fortalezas que ayudaron en el pasado, como la diversificación, la ventaja competitiva y la firme apuesta por el cliente, siguen siendo válidas e imbatibles en la industria actual.