La banca apura los plazos de la consulta pública del borrador que transpondrá la directiva europea Mifid II. Las entidades se resisten a una nueva política de venta de fondos de inversión que las llevará a ofrecer no sólo producto propio, sino también de terceros. Además, se endurecen las condiciones para cobrar comisiones de retrocesión, actualmente una importante fuente de ingresos para las redes comercializadoras.
La limitación por la que aboga el Gobierno, en una transposición muy fiel al espíritu original de la directiva, es un paso adecuado para que la industria de fondos en España experimente un revulsivo. Los bancos deben asumir estos cambios y adaptarse a ese nuevo terreno de juego más transparente y competitivo para el cliente.