
Gas Natural Fenosa vende el 20% de su negocio de distribución de gas en España. Los compradores son el fondo canadiense CPPIB y la división de infraestructuras de la aseguradora alemana Allianz, que desembolsarán un total de 1.500 millones de euros. La empresa que dirige Isidre Fainé culmina así con éxito un plan del que comenzó a oírse a hablar en abril pasado. Gas Natural buscaba la oportunidad idónea para segregar su muy amplia red distribuidora.
El momento es el oportuno, dado el atractivo que España vuelve a tener para los inversores nacionales y extranjeros (como demuestra la procedencia de los compradores de los activos de Gas Natural) y que ya se ha podido evidenciar en los últimos meses, con operaciones como la venta de Naturgas.
Ahora bien, Gas Natural no ha perdido de vista en ningún momento que su actual red constituye un activo premium, gracias a los 44.000 kilómetros de extensión que acumula, a los que están conectados cerca de 5,2 millones de hogares. Es una cifra muy abultada, pero que todavía puede crecer más en los próximos años, hasta alcanzar los estándares más habituales en el resto de la Unión Europea.
Por lo tanto, es compresible que la gasista española tuviera la pretensión de no ceder el control de esta infraestructura. La venta, tal y como ha sido conducida, respeta ese objetivo primordial, sin tener que renunciar al propósito de incorporar un nuevo socio y, sobre todo, de poner en valor sus activos.
De hecho, Gas Natural ha superado las expectativas del mercado, al arrojar un múltiplo de 15,7 veces su beneficio bruto y garantiza a la empresa una nutrida fuente de recursos para acometer proyectos en aquellas otras áreas donde quiere expandir su actividad en los años venideros.